Anticonceptivos en adolescentes
Dra. Esther de la Viuda, ginecóloga del Hospital Universitario de Guadalajara y Presidenta de la Sociedad Española de Contracepción. (Publicación 22/03/2013)
¿Deben utilizar los adolescentes métodos anticonceptivos?
Ante esta pregunta la respuesta evidente es que los adolescentes que mantienen relaciones sexuales deben utilizarlos, teniendo en cuenta que, según datos de las encuestas realizadas por el Grupo Daphne, la edad media de inicio de las relaciones sexuales con penetración es de dieciséis años y que en la última encuesta el 65% de los adolescentes entre 15 y 19 años son sexualmente activos nos encontramos con que un número importante de estos chicos se encuentran en una situación de riesgo que es doble, por un lado de embarazo no deseado, y, por otro de contagio de una infección de transmisión sexual.
No cabe duda de que un embarazo a estas edades no suele ser deseado ni deseable por las importantes consecuencias que conlleva tanto si se realiza una interrupción del mismo como si se continúa, así según datos de Margarita Delgado en un estudio patrocinado por la Sociedad Española de Contracepción, la maternidad adolescente conlleva una notable aceleración del curso vital adelantándose la emancipación, el emparejamiento y las sucesivas maternidades como consecuencia de esa primera maternidad precoz y, por el contrario, se retrasa la incorporación a la vida adulta en un aspecto clave como es la actividad laboral (se incorporan más tarde, con menores tasas de actividad y alcanzan más tarde un empleo estable). Cuando se les pregunta por el método anticonceptivo utilizado nos encontramos con que se trata del preservativo que no sería una mala opción si se utilizara correctamente pero no es el caso ya que prácticamente la tercera parte de los que dicen utilizarlo no lo hacen en todas las ocasiones por diferentes motivos como puede ser que la relación ha surgido de manera imprevista o que se había consumido alcohol, etc. pero también hay otro motivo frecuente referido que es el lamentable hecho de que la pareja no quiere utilizarlo
Sin embargo actualmente existen muchos métodos anticonceptivos eficaces que se pueden utilizar con independencia de la edad y sobre los que existen muchas ideas erróneas. Hay que decir que no es necesario dejar pasar ningún periodo de tiempo desde que se tiene la primer regla para utilizar un método hormonal si se precisa, que la píldora, el parche o el anillo no engordan, ni produce cáncer ni aumenta el vello sino que al revés, disminuye este y mejora el acné, el dolor de la regla y disminuye su cantidad entre otros beneficios.También hay que decir que para las adolescentes que no van a utilizar correctamente esos métodos, existen otros de larga duración como el implante o el DIU, que efectivamente, si se puede poner aunque sea joven y no haya tenido hijos.
Es decir que existen una gran variedad de opciones anticonceptivas eficaces, pero, como antes hemos hablado de un doble riesgo, también tenemos que recomendar una doble protección e insistir en que la anticoncepción hormonal o intrauterina no previene del contagio de una infección de transmisión sexual por lo que será conveniente usar conjuntamente el preservativo considerando también el hecho de que generalmente es esta etapa de la vida, las parejas suelen ser de corta duración.
Ahora una vez visto que existen suficientes medios anticonceptivos para que nuestros adolescentes no se expongan a riesgos habrá que preguntarse si es necesario o conveniente mantener relaciones sexuales coitales a esas edades. Pienso que puede ser positivo el retraso en el inicio de estas las relaciones, también es importante saber decir no ante una propuesta de relaciones sexuales que no se desean, disminuir la actividad sexual, el número de compañeros, aumentar la utilización de prácticas seguras y protegerse del riesgo de contagio de infecciones de transmisión sexual no solo en las relaciones coitales. A esto nos puede ayudar una educación sexual adecuada que permita en la que tienen que estar implicados tanto la familia como la escuela, los profesionales sanitarios, los medios de comunicación y la administración pública.