Artrosis
Dr.D. Ramón Viana López, Tesorero-Contador del Colegio de Médicos de Guadalajara. (Publicación 03/05/2013)
La artrosis es una enfermedad caracterizada por la destrucción irreversible del cartílago articular y por la presencia de cambios reactivos, generalmente proliferativos, en los extremos óseos adyacentes.
La enfermedad puede afectar a todas las poblaciones, con independencia de factores climáticos y geográficos, y su incidencia aumenta con la edad, estimándose en un 2-3% antes de los 45 años, con un posterior crecimiento exponencial que supone más del 80% pasados los 80 años. La artrosis es más frecuente en mujeres que en hombres en una proporción de 2:1.
En relación con la climatología, no hay estudios que demuestren su asociación con la artrosis, aunque es bien conocida la influencia meteorológica en la sintomatología de la enfermedad.
En cuanto a su localización, suelen afectarse, por orden de frecuencia, las articulaciones de la mano, las de la columna vertebral, la rodilla, la cadera y la articulación metatarso-falángica del primer dedo del pie.
La etiología (causa) de la artrosis es multifactorial y sus mecanismos de desarrollo no están completamente esclarecidos. Estarían implicados factores constitucionales y factores locales, fundamentalmente mecánicos, a través de complejos mecanismos bioquímicos. La mayoría de las veces es de causa desconocida ( idiopática) aunque puede ser secundaria a otros procesos( traumatismo, infección, etc)
Entre los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad tenemos la herencia, la edad, el sexo femenino, la obesidad, la cirugía y los traumatismos articulares , el tipo de ocupación, la práctica deportiva profesional, la debilidad muscular.
Los síntomas más comunes son el dolor, la rigidez articular, la tumefacción y la deformidad. Hasta que aparezcan las fases más avanzadas de la enfermedad, el dolor de la artrosis se alivia con el reposo. La amplitud del movimiento articular va disminuyendo con el avance del proceso.
El diagnóstico definitivo se confirmará mediante la realización de radiografías simples, en las que se evidenciarán el estrechamiento del espacio articular, el aumento de la densidad ósea y los osteofitos. En fases más avanzadas aparece deformidad articular.
Los ejercicios suaves y regulares de la articulación ayudan a mantener la función y manejar el dolor; no deben realizarse aquellos que causen torsión o impacto articular puesto que pueden exacerbar los síntomas. Entre las actividades físicas beneficiosas destacan la natación, los ejercicios aeróbicos en el agua, pasear y montar en bicicleta. No deben emplearse tacones en los zapatos pues pueden empeorar la artrosis de rodillas y pies. Los bastones reducen la carga de los miembros inferiores y por tanto mejoran el grado de dolor
La pérdida de peso es importante, en especial para las articulaciones de la extremidad inferior, no sólo para disminuir los síntomas sino también para mejorar la supervivencia de las prótesis que se colocan cuando el dolor es intolerable.
Los analgésicos orales ( paracetamol, ibuprofeno, diclofenaco, metamizol, codeína, tramadol) alivian el dolor de la artrosis moderada y permiten posponer o evitar la cirugía y sus riesgos asociados.
Otros fármacos utilizados que alivian los síntomas de forma transitoria son las inyecciones intrarticulares de corticoides y de acido hialurónico.
También se utilizan, por vía oral, el sulfato de glucosamina, el condroitin sulfato y la diacereina, por su posible efecto estimulante de la síntesis de componentes del cartílago, de forma que logran un efecto analgésico a medio plazo.
La cirugía, el típico remplazo articular (prótesis), puede estar indicada cuando los pacientes tienen dolor en reposo y nocturno con una marcada perdida de la función articular. La cirugía protésica de la cadera y la rodilla es especialmente eficaz para disminuir el dolor y mejorar la función.