Broche de oro a una temporada para enmarcar
El grupo de senderismo del ICOMGU concluyó el pasado fin de semana la temporada, terminando sus actividades propuestas para este año con un fin de semana de ocio y naturaleza en Asturias.
Aprovechando que el día 31 de mayo fue el Día de La Región, la salida de Guadalajara tuvo lugar el mismo viernes. El autobús de Marín recogió al grupo a las 6:30h y juntos se dirigieron hacia Cangas de Onis. A pesar de la longitud del trayecto, a las 12:30h ya estaban a la orilla del mar, disfrutando del paisaje maravilloso de la Playa del Toro, en la localidad de Llanes. Después de dejar los bártulos en el hotel, comieron juntos y aprovecharon la tarde para descansar y hacer algunas compras de carácter gastronómico, que es lo que se estila en esta rica zona de España. Tras una cenita temprana en la Sidrería El Corchu, tocaba cargar las pilas para el día siguiente.
Las previsiones meteorológicas hablaban de que el sábado haría un calor de espanto, y así fue. A las 8.30h, cuando tomaron el autobús, ya sobraba hasta la chaquetilla, y la cosa iría empeorando con el paso de las horas. El calor obligó al grupo a reducir sus expectativas y finalmente decidieron hacer la Ruta del Cares solo en un sentido, de Caín a Poncebos. Sin embargo, las aventuras comenzaron a primera hora: el corte de la carretera principal obligó a David, el conductor, a improvisar una ruta que incluyó alguna curva complicada, el paso por pequeños pueblos de calles diminutas y el pastoreo de una vacada a lo largo de varios kilómetros. Con los imprevistos, el comienzo de la ruta a pie tuvo lugar alrededor de las 11 a.m., cuando el calor ya empezaba a apretar. Los primeros compases de la Ruta del Cares despertaron la admiración del grupo, dada la gran belleza de la garganta del Río Cares. Angel Luis Cano explicó que la senda que hoy recorrerían era un antiguo camino de servicio para el canal de aguas rápidas, una obra de ingeniería con más de un siglo de antigüedad. Al principio, el ambiente fue fresco, pero la temperatura continuó subiendo a medida que avanzaban los kilómetros.
El último tramo, de llegada a Poncebos, estuvo precedido de una tediosa subida y una escarpada bajada, sin sombra y con muchísimo calor. Por la tarde, buena parte del grupo subió al pueblo de Bulnes, tomando un tren cremallera que, en menos de 10 minutos supera 800 metros de desnivel. Una vez allí y tras refrescarse en el chiringuito y mirar el Naranjo de Bulnes cara a cara, unos cuantos bajaron en tren y cinco decidieron hacer el descenso a pie. Fueron 75 minutos de bajada a la sombra, contemplando la grandiosidad de los Picos de Europa y disfrutando de uno de los paisajes más espectaculares de Asturias.
Al día siguiente, tomaron el autobús sobre las 10:00h y subieron a los Lagos de Covadonga, donde dieron un agradable paseo, hicieron muchas fotos y se despidieron de la montaña. Más tarde, visitaron Covadonga y saludaron a la Virgen, para terminar con una comida en el Restaurante La Palmera, donde la mayoría optó por una fabada como colofón a la experiencia asturiana.
Durante el viaje pensaron en el futuro, en nuevas rutas y nuevas aventuras, ya que esta ha sido la última de la temporada 2018/2019 y será en septiembre cuando comience una nueva edición del Senderismo del Colegio de Médicos de Guadalajara.