Cáncer Colo-Rectal
Dr. D. Julio Hernando Alonso, Vocal de Médicos Jubilados del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara.(Publicación 19/04/2013)
El cáncer colo-rectal, por su gran repercusión en la sociedad, debe ser visto casi como un problema epidemiológico.
La incidencia de aparición de este tumor, en España, es de 31 casos, en los hombres, por 100.000 habitantes y de 21 casos en las mujeres. Esto significa que es la segunda causa más frecuente de muerte por cáncer en España. La aparición de este tumor suele darse entre los 60 y 80 años, siendo muy infrecuente antes de los 40 años, pese a lo cual hay casos que aparecen antes de esta edad.
Con respecto al sexo, es más frecuente el cáncer de recto en los hombres, mientras que en las mujeres hay una mayor incidencia en el colon ascendente. La presencia de este tumor varia, según la localización del mismo, siendo de un 58% en el colon sigmoide, unión recto-sigmoidea y recto, mientras que la localización en el ciego y colon ascendente es de un 23%. Por último, se localiza en un 13% en el colon transverso y un 6% en el colon descendente.
La causa de aparición de este tumor tan frecuente sigue siendo desconocida, pero hay factores genéticos como la poliposis cólica familiar y el cáncer colorrectal hereditario no ligado a poliposis (síndrome de Lynch), que indican la aparición de este tumor. Tenemos también factores dietéticos conocidos, como son el excesivo consumo de carne, de alcohol y de grasas de origen animal, así como la menor ingesta de fibra vegetal.
Los síntomas que nos deben alertar ante la presencia de este tumor son variados, dependiendo sobre todo de la localización. Así en el colon derecho suele producirse anemia crónica y a veces diarrea, mientras que en el colon izquierdo lo más frecuente es el sangrado visible con la deposición y la alteración del ritmo intestinal, es decir etapas de estreñimiento y de diarrea.
Para el diagnóstico de este cáncer es mandatorio la realización de una fibrocolonoscopia con biopsia de la lesión observada, aunque a veces, sobre todo por problemas instrumentales, puede visualizarse el cáncer con pruebas radiológicas específicas.
Otras exploraciones que deben realizarse incluyen análisis de sangre, con marcadores tumorales, radiografía de tórax, ecografía hepática y endorrectal, en algunos casos, así como un TAC o Scanner.
El tratamiento, en todos los casos, es quirúrgico, posteriormente dependiendo de la agresividad del tumor, se podrá realizar quimioterapia y radioterapia, estas a su vez en algunos casos, se realizan incluso antes de la intervención.
El pronóstico viene dado por múltiples variables como son la edad, las complicaciones del tumor, la presencia de enfermedades asociadas, la afectación de órganos adyacentes y la invasión de los vasos y de los linfáticos.
La supervivencia viene dada por la extensión y grado de invasión del tumor, llamado estadio. Así es de un 80-100% cuando este es mínimo, bajando a un 65-85% en el segundo estadio, de un 45-55% en el siguiente estadio y por último inferior a un 5% en los casos más avanzados.
Lo más importante de esta enfermedad es la prevención de la misma, es decir evitar la aparición de este tumor. En las formas hereditarias se debe realizar un consejo genético así como colonoscopias periódicas; en los factores dietéticos, ya referidos anteriormente, debemos disminuir el consumo de grasa, el consumo excesivo de calorías, el sobrepeso y por último, asegurarnos un consumo mínimo de 25 gramos de fibra vegetal al día. Hay estudios científicos que indican la disminución de incidencia de este tumor con la ingesta diaria de ácido acetil salicílico (aspirina) y de otros anti-inflamatorios.
El siguiente paso es la prevención secundaria, es decir la detección precoz de este tumor, lo cual en los casos conocidos como grupos de riesgo, es decir hereditario, se debe realizar una colonoscopia cada 2-3 años desde los 30 años. En la actualidad la única forma, no invasiva, de detectar el tumor es la detección de sangre en las heces.
Por último, la prevención terciaria, o lo que es lo mismo, evitar recidivas o la aparición de un nuevo tumor es la aplicación de protocolos de seguimiento del paciente que incluyen la realización de exploraciones ya descritas.