¡¡Que no quede un rincón de Guadalajara sin descubrir!!
El grupo de senderismo del ICOMGU pasó este domingo una jornada memorable en el entorno Del Río Jarama. Las predicciones meteorológicas auguraban temperaturas entre 4 y 12 grados y un sol espléndido, lo que contribuyó a que la larga ruta se convirtiera en un agradable paseo, sin incidencias y con buenos ratos.
La mañana comenzó en las inmediaciones del ICOMGU, donde se dieron cita 31 caminantes con ganas de aventuras. La espectacularidad de los parajes que más tarde recorrerían era un sugerente aliciente que favoreció bastantes nuevas incorporaciones. Tras la parada reglamentaria en Tamajón para tomar un café, el autobús se dirigió hacia Roblelacasa, punto de partida del recorrido. Nada más llegar, Cristina relajó los ánimos del personal, aturdido por la dificultad potencial de la propuesta: ¡¡22 kilómetros!!. El grupo emprendió la marcha, guiado por Javi, que conocía una bonita senda que cruzaba el Arroyo Del Soto en la parte baja del pueblo. Desde allí subieron a una cómoda pista que les condujo hacia la bifurcación hacia el Barranco del Algibe, donde se encuentran las pozas con el mismo nombre, muy cerca de la cola del pantano del Vado.
En los últimos años, estas pozas se han convertido en una referencia indispensable para los amantes de la naturaleza en la provincia de Guadalajara, por lo que lo verdaderamente insólito de esta visita fue poder hacerla en exclusiva, sin turistas, y disfrutar sin prisas y sin aperturas de estos magníficos saltos de agua. Tras las fotos de rigor, con las cascadas de fondo, el grupo se dirigió hacia el puente de los Trillos sobre el río Jarana y desde allí comenzaron una ligera subida hasta la pradera de Matallana, donde comenzó la degustación de aperitivos por parte de los presentes.
A partir de ese momento el camino fue fácil, sin grandes desniveles y con algo de barro. a lo lejos, picos y más picos y unas ganas tremendas de volver a la zona con más tiempo y ascender al Cerro de San Cristóbal, la Cabeza de Pajarejo, la loma de los Perdigones… Hacia la una de la tarde y según el horario previsto, la comitiva llegó a La Vereda, un poblado sin luz eléctrica ni alcantarillado, calles sin asfaltar y arquitectura negra en estado puro.
Allí, las gentes de la asociación cultural La Vereda reconstruyen las viviendas existentes respetando las técnicas tradicionales y usando materiales autóctonos: pizarra, adobe y madera. Los caminantes curiosearon un rato por el pueblo, tomaron su bocadillo y emprendieron la marcha, puesto que todavía restaban unos 10 kilómetros de caminata. Los dos primeros, hasta el Arroyo la Vallosera, transcurrieron cuesta abajo, pero luego hubo que subir, a través de una pendiente suave pero más larga de lo esperado.
Tras casi una hora de camino, apareció el Vado y a lo lejos, imponente, la Sierra del Ocejón y a partir de entonces todo fue coser y cantar o, mejor dicho, charlar y caminar, disfrutar entre los pinos, alternar conversaciones livianas con otras más complejas y hacer balance de un día redondo en el campo. La próxima cita tendrá lugar el próximo 17 de marzo y contará con la colaboración especial de los MediCid, que guiarán al grupo a través de los caminos que unen Checa, Chequilla y Megina, al otro lado de la provincia, en el Alto Tajo.
Además de las fotografías hay disponible un vídeo de la actividad, que puedes solicitarlo en prensa@comguada.com.