Dolor crónico y psicología
Autor: Dr. Jesús Cuesta Monge
Vocal de Hospitales del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara
El dolor es uno de los síntomas que más afecta y preocupa a las personas y la causa más frecuente de consulta en medicina. El dolor agudo tiene una función protectora, que se pierde cuando el dolor se hace crónico, no teniendo ya valor adaptativo. En la actualidad, existe evidencia que demuestra la influencia de los factores psicológicos y sociales en la perpetuación del dolor cuando no es origen oncológico o maligno (pacientes con tumores).
En el dolor crónico, las alteraciones en los órganos y tejidos pueden llevar a cambios conductuales, determinados por alteraciones en los circuitos nerviosos causados por un mal procesamiento psicológico. La complejidad de los mecanismos nerviosos que influyen en el mantenimiento del dolor crónico, justifica que, con relativa frecuencia, las terapias simples no sean eficaces en la obtención de alivio. Se ha visto una mayor eficacia de los tratamientos multidisciplinarios, comparados con tratamientos médicos convencionales. Existen factores ambientales y rasgos de personalidad característicos, que facilitan la cronificación del dolor.
El éxito de un buen programa de diagnóstico y tratamiento de dolor crónico, tanto para pacientes ambulatorios como hospitalizados depende, en gran parte, de la elaboración diagnóstica realizada en el trabajo de equipo, así como de la decisión terapéutica basada en un estudio completo e individualizado de cada caso.
Cuando afrontamos un paciente con dolor persistente, sabemos que no hay un tratamiento específico para una forma de dolor, especialmente en los síndromes de dolor crónico. En este sentido, toma gran importancia la integración de modalidades terapéuticas en equipos multidisciplinarios, que trabajan en forma coordinada para establecer el diagnóstico y desarrollar la estrategia terapéutica. La extrema complejidad de los mecanismos neurofisiológicos que intervienen en el mantenimiento del dolor crónico, explica que a menudo fracasen en la obtención del alivio las terapias simples.
Los médicos de atención primaria son quienes, inicialmente y con mayor frecuencia, tratan pacientes con dolor crónico. Dependiendo de la complejidad o especificidad del cuadro, necesitan de la visión del equipo multidisciplinario, donde especialidades como la Anestesiología, Medicina Física y Rehabilitación, Psiquiatría, Psicología, Neurología y Traumatología, entre otras, deben manejar en forma conjunta un objetivo común: el alivio del dolor crónico persistente.
Es muy importante indicar que el tratamiento no adecuado del dolor agudo, puede conducir a su cronificación. El dolor crónico puede desencadenar alteraciones en la esfera psicosocial, con respuestas psicológicas diversas, ya que el individuo no encuentra significado a su dolor, pues este no juega un papel de alarma biológica, frente a un peligro que pueda ser evitado o tratado.
En el momento actual se acepta que, prácticamente en todos los pacientes con dolor existen tanto factores orgánicos, como psicológicos y socioculturales. Este reconocimiento resulta especialmente decisivo en la comprensión y manejo del dolor crónico, lo que hace fundamental la consideración de los aspectos psiquiátricos en el tratamiento del mismo.
En consonancia con lo anterior, el éxito de un buen programa de diagnóstico y tratamiento de dolor crónico, tanto para pacientes ambulatorios como hospitalizados depende, en gran parte, de la elaboración diagnóstica realizada en el trabajo de equipo, así como de la decisión terapéutica basada en un estudio completo e individualizado, y con la participación de un equipo formado por diferentes especialistas, siendo muy importante la integración del psiquiatra al equipo de dolor.
Resumiendo, el objetivo común del equipo multidisciplinario de una clínica del dolor es, principalmente, la mejoría de la calidad de vida del individuo con dolor.