El barro, protagonista de la jornada senderista por el Camino de la Lana
Durante la jornada del domingo tuvo lugar la primera aventura senderista del calendario oficial de rutas del ICOMGU en 2019, una cita mensual que se ha consolidado a lo largo de los últimos años en el panorama senderista de la provincia de Guadalajara. El destino de la misma fue una etapa del Camino Jacobeo de la Lana a su paso por la provincia de Guadalajara, concretamente los 22 kilómetros que discurren entre las localidades de Viana de Mondéjar y Cifuentes. Para realizar esta etapa, el grupo contó con un guía muy especial, el presidente de la Asociación de Guadalajara de Amigos del Camino de Santiago, Juan José Hita, quien armado con un sinfín de “achiperris” tecnológicos, condujo a la comitiva y documentó su paso por los caminos que unen estos dos municipios alcarreños.
La mañana comenzó fresca, pero sin rastro de la nieve de la que tanto se hablaba en los telediarios en los días precedentes. El sol, que lucía con fuerza, acompañó a los senderistas desde primera hora, iluminando el monumento natural que inauguró la ruta: Las Tetas de Viana, bien visibles desde la salida del camino en Viana de Mondejar. El recorrido, que no tenía una gran dificultad técnica, comenzó con una fuerte subida con piedra suelta y barro resbaladizo de aproximadamente un kilómetro. A partir de ahí, una pendiente sostenida condujo al grupo hasta la base de la teta larga y desde ahí, cuesta abajo, hacia Trillo. Este primer tramo, de unos 9 kilómetros, fue suficiente para que los excursionistas “hicieran hambre” por lo que, pasado el medio día, hicieron la primera parada de avituallamiento junto a las cascadas del río Cifuentes. Allí – unos con café y otros con la bota de vino- tuvo lugar una degustación de quesos que devolvió a la vida a aquellos cuyas fuerzas habían mermado durante el primer tramo del camino. El momento mágico fue cuando Gloria sacó un tupper de torreznos, que sirvieron de barritas energéticas naturales a los caminates. Tras atravesar el precioso parque de las cascadas, los senderistas continuaron por el Camino de la Lana hacia Gárgoles de Abajo, primero sin dificultad por la orilla del Cifuentes, más tarde embarrados hasta las rodillas, desafiando a la gravedad y con algún que otro percance. Tras la foto reglamentaria en Gárgoles de Abajo, tres personas decidieron interrumpir sus pasos, tras 14 kilómetros de caminata, mientras que el resto continuó su ruta hacia Gárgoles de Arriba. Allí, las fuerzas de otros cinco se agotaron, de manera que fueron un total de trece los que continuaron por la embarrada pista hasta Cifuentes. El resto del grupo esperaba en el “Bar David”, punto de encuentro para el último punto emblemático e imprescindible de la ruta: La portada románica de Santiago, donde tuvo lugar el último “take a picture” de la jornada.
El balance de la jornada, a pesar del barro, fue muy positivo: buena temperatura, poco viento, charlas distendidas, risas sinceras, pasos sin prisa…, con torreznos y chuches para terminar con buen sabor de boca el día. Queda pendiente la inauguración de la “caja de los tesoros”, de cuyos detalles se informará próximamente.