EL CATARRO COMÚN Y LA GRIPE
Autor: Ángel José Cajal Clemente
Vicepresidente del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara.
Con la entrada del otoño y posteriormente el invierno además de la caída de la hoja y la bajada de temperaturas aparecen con fuerza en nuestras consultas las infecciones respiratorias y de entre ellas destacan el catarro común y la gripe.
Los síntomas del catarro común, tan conocidos como molestos, incluyen la congestión o taponamiento nasal, la excesiva secreción de mucosidad por la nariz, los estornudos, el dolor de garganta y el malestar general. En adultos no es frecuente la fiebre.
Lo que en principio es una enfermedad banal (pero molesta) puede agravarse en personas con enfermedades crónicas (EPOC, diabetes), con inmunodeficiencias, con malnutrición (en ancianos) y en los fumadores.
No existe un tratamiento capaz de curar el catarro, y recordar que los antibióticos no sirven para tratar las enfermedades virales. Solo se deberían utilizar bajo prescripción médica en el caso de una sobreinfección bacteriana.
¿Qué medidas podemos tomar para evitar los resfriados?
La medida más sencilla es lavarse las manos con frecuencia para evitar la transmisión a otras personas, antes de preparar los alimentos, antes de comer y después de toser o de sonarse la nariz o usar geles antisépticos y usar pañuelos de papel de un solo uso, mantener el ambiente húmedo para fluidificar el moco con humidificadores, beber abundante líquido (agua, infusiones, zumos) así como un adecuado descanso nocturno, comida sana rica en frutas y verduras, realizar ejercicio físico y evitar el alcohol y el tabaco.
Los medicamentos disponibles alivian los síntomas, pero no reducen el tiempo que estamos enfermos, ni evita un nuevo contagio. No hay que automedicarse, sobre todo en pacientes que padecen otras patologías (diabetes, HTA, EPOC).
Si los síntomas persisten más de una semana o hay un agravamiento de los mismos (fiebre elevada, secreción purulenta, tos persistente, dolor de oído, sinusitis, dolor costal al respirar o toser…) hay que acudir al médico de atención primaria ya que nos podemos encontrar ante una posible complicación del cuadro catarral, que es posible solucionar ambulatoriamente sin necesidad de acudir al hospital.
La gripe es otra infección respiratoria causada por el virus de la gripe. Hay tres tipos: el A, B y el C. Suele presentarse en forma de epidemias estacionales durante el período invernal y pueden ser especialmente graves en individuos de riesgo: los mayores de 65 años, los niños de menos de 4 años y las personas con ciertas enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, insuficiencia hepática y renal, inmunodeficiencias) y en mujeres embarazadas.
La clínica, tras un período de incubación de 1 a 4 días puede ser leve, con síntomas similares a un catarro común o presentar típicamente fiebre elevada de inicio súbito (hasta 39º C), tos, dolor de cabeza y dolores musculares generalizados, debilidad y posteriormente síntomas respiratorios. Las complicaciones más frecuentes son la neumonía, las reagudizaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva cronica y el asma y suelen aparecer en personas con patologías crónicas.
El tratamiento de la gripe es el de un proceso vírico: reposo, hidratación, analgésicos, antitérmicos y antitusivos. En el caso de aparecer complicaciones deber tratarse por su médico o en el ámbito hospitalario si fuera preciso con terapia antivírica especifica en los grupos de alto riesgo.
También en la gripe son fundamentales las medidas de higiene para evitar contagios ya explicadas anteriormente para el catarro común (lavado correcto de manos…).
En Atención Primaria es importante la vacunación anual de los pacientes mayores de 65 años y de los que pertenecen a los grupos de riesgo y del personal sanitario.