Especial COVID-19 Segunda Ola: “La Covid-19 pasará, el cáncer es una pandemia constante”
Oncología
Javier Cassinello
COL nº191903580
La llegada del coronavirus al panorama médico cayó como un jarro de agua fría en todas las especialidades médicas. En el caso del Servicio de Oncología Médica del HUGU, desde el primer momento la prioridad fue no ceder ni un centímetro a la Covid-19 y seguir trabajando por los pacientes con cáncer. Para conocer cómo la llegada del coronoavirus afectó al día a día de esta especialidad charlamos con su Jefe de Servicio, el Dr. Javier Cassinello, quien asegura que la Oncología Médica no se ha visto afectada por el coronavirus en lo que se refiere a tratamientos o enfoque terapéuticos. Sin embargo, debemos recordar que la Oncología es el eslabón final del tratamiento en el que el paciente pasa primero por el especialista o el cirujano y ahí si que se ha producido una modificación en los tiempo: “ten en cuenta que el oncólogo es el punto final de un proceso en el que el paciente pasa por especialistas previos, medicina interna, neumología, cirugía… y al final llega al oncólogo que es el que aplica el tratamiento final. Es posible que haya habido retrasos en otras especialidades previas a nosotros, pero nosotros no hemos cedido nada. Nosotros trabajamos igual con Covid o sin Covid”. Como consecuencia de la pandemia y tal y como ha ocurrido en el resto de especialidades médicas, en Oncología se ha implantado la consulta telefónica para las revisiones, minimizando el tiempo de estancia del paciente enfermo en salas de espera y hospitales. Eso sí, los tratamientos de quimioterapia permanecen como siempre, sin que la pandemia haya afectado a los tratamientos. Según recuerda el Dr. Cassinello, la llegada del coronavirus nos “rompió los esquemas”, alterando los tiempos de diagnóstico y retrasando la llegada del paciente al servicio, pero insiste: “una vez recibimos al paciente en Oncología, no ha cambiado nada en su tratamiento”. Sin embargo, no siempre fue así: “durante las primeras semanas decidimos evitar quimioterapias porque se decía que la inmunodepresión del paciente o la toxicidad de los tratamientos podían ser un factor de riesgo a la hora de contraer Covid. Pronto se demostró que eso tampoco era así y que el paciente oncológico tampoco tenía más riesgo que otro a la hora de contraer el Covid si se protegía adecuadamente, igual que el resto de la población. Hoy en día, ya no tenemos un enfoque terapéutico específico con los pacientes con riesgo de covid o sin riesgo de covid y los tratamos prácticamente igual. Evidentemente, cuando hay intervenciones se realiza previamente una PCR, pero cuando llegan a Oncología el enfoque terapéutico es exactamente igual. No afectó en nada; al principio como era natural actuamos con mayor prudencia, pero los tratamientos no han variado. El que viene con un tumor se trata, porque los tumores matan.”
Como el resto de servicios, Oncología tuvo que echar una mano en la primera ola y en concreto fueron dos los médicos adjuntos del servicio que prestaron su ayuda a Medicina Interna, durante aproximadamente un mes y medio, cuando más presión había en el hospital. Pasado ese momento, volvieron a Oncología donde “el cáncer no para”. El Jefe de Servicio lo tiene claro: “tenemos que acostumbrarnos a esta situación, va para largo. Por lo tanto, cualquier tumor que llegue debe abordarse de la misma manera que antes”.
Por su parte, la llegada de la consulta telefónica ha supuesto un sobreesfuerzo para los profesionales, que lo han asumido con el objetivo de preservar la seguridad de los pacientes. Según comenta el Dr. Cassinello, la Consejería de Sanidad está trabajando en un modelo de teleconsulta que incluya vídeo, algo que podría mejorar la atención en caso de que se implantara. Sin embargo, los tiempos van despacio y mientras tanto hay que continuar prestando servicio a unos pacientes para los que el reloj corre en su contra. “El cáncer no perdona. Si una persona contrae coronavirus, puede pasarlo muy mal, e incluso morir, pero también ser asintomático. El cáncer no. Si no se tratan, los tumores matan”.
Como es natural y como sucede en el resto de servicios los esfuerzos están centrados en la prevención de los contagios: “hemos tomado medidas respecto a la distancia, para que el paciente esté más seguro. Además del uso de la mascarilla, el espacio está bien ventilado y el riesgo es mínimo. El paciente acude con mucho miedo, no solo al coronavirus sino al propio cáncer. Ahora, los pacientes deben acudir solos a las consultas y tomar muchas precauciones, pero hemos de tener en cuenta que un paciente que tiene un tumor activo, su prioridad es el cáncer: el coronavirus es malo, pero el cáncer mucho más. Es una pandemia constante”.
En los últimos meses, hemos visto cómo los medios de comunicación se han centrado casi exclusivamente en la Covid-19, dejando prácticamente de lado otras patologías. Ante esta situación, el Jefe de Servicio de Oncología apela a la ciencia y al sentido común como vacuna contra la sobreinformación: “ha habido tal cantidad de noticias que estoy verdaderamente saturado. Parecía que todos tuviéramos un virólogo o un epidemiólogo en nuestro interior. Ante tal sobredosis de información, lo importante centrarse en la ciencia, que ha ido avanzando poco a poco, con enfoques quizá mejorables, ya que era muy complicado reaccionar ante semejante irrupción de esta enfermedad a todos los niveles. Ha superado las capacidades de la comunidad científica y de cualquiera a la hora de reaccionar”.
En cuanto al mundo de la investigación, la llegada de la pandemia supuso un cambio de paradigma de congresos, reuniones científicas y otras citas. Si bien es cierto que se suspendieron todos los eventos presenciales, Javier Cassinello reconoce que lo digital ha superado con creces la oferta preexistente: “se han eliminado las reuniones presenciales, pero se han multiplicado las reuniones online. La semilla ha germinado en tierra fértil y es constante la cantidad de reuniones que tenemos por vía telemática. La Oncología no para. El Covid es importante, pero el Covid pasará. Por el contrario, el cáncer no pasará, al revés. Las reuniones científicas no paran, no han parado nunca, ya que la Oncología avanza muy rápidamente: cada tres meses se ha puesto un tratamiento nuevo casi en cada tumor, es la especialidad que más se recicla, por encima incluso que Cardiología o Neumología. La gente se muere y hay que investigar sin descanso.” No en vano, Guadalajara acoge cada dos años una de las reuniones más importantes a nivel nacional, que cuenta incluso con prestigio internacional. Se celebra en los años impares, por lo que en junio de 2021 habrá una nueva cita, naturalmente en modalidad online dadas las circunstancias: “en estos congresos bienales vemos cómo cambian los enfoques, aunque no sea totalmente, se modifica la manera de abordar los tumores, aparecen fármacos nuevos o cambian los protocolos. Como el Covid nos ha roto las presencias, ya nadie va a América ni a Europa, está todo digital. Han cambiado los formatos, pero no se para”. En lugar de bajar el ritmo, la ciencia ha pisado el acelerador con la pandemia: “El problema de lo digital es que como ocupa el tiempo del que cada uno tiene en su casa, sin que haya que desplazarse, los comités organizadores ya no miran si sus propuestas compiten con otra citas, lo que trae como consecuencia un constante goteo de reuniones, congresos, aportaciones, revisiones, comentarios, controversias en oncología y en mi caso tengo prácticamente todos los días una reunión, un congreso. Las reuniones no solo no han parado sino que como ahora no hay competencia se han multiplicado”.
La conversación con Dr. Cassinello (realizada el 13 de noviembre de 2020) nos permite mirar al Sars-Cov-2 con la perspectiva que aporta toda una trayectoria profesional ligada a una enfermedad, el cáncer, que a día de hoy no tiene cura y que sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo, con aproximadamente 18,1 millones de casos en el mundo en el año 2018 (según GLOBOCAN). Las estimaciones poblacionales indican que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas hasta 29,5 millones al año en 2040.