Fin de la temporada senderista en el Alto Rey
Dicen que cuando algo cuesta, sabe mejor. Atendiendo a este dicho, entonces la coronación del Alto Rey nos supo a todos estupendamente, puesto que algunos sufrieron de lo lindo en la ascensión a uno de los picos más altos de la provincia de Guadalajara.
Salimos de manera puntual de Guadalajara, en un autobús serigrafiado con los colores del Club Deportivo Guadalajara. A pesar de la máxima comodidad del vehículo, las curvas que conducen a la localidad de Prádena de Atienza provocaron un cierto mareo en algunos de los caminantes, a los que les costó recuperarse varios kilómetros de caminata. Dejamos el bus antes de entrar al pueblo, puesto que la señalización indicaba un estrechamiento de la calzada, y comenzamos a subir, sin prisa y midiendo nuestras fuerzas, hacia el objetivo del día. A través de una cómoda pista, llegamos al campo de fútbol y a partir de ahí tomamos un pequeño sendero señalizado como PR hasta la cima.
Las previsiones meteorológicas hablaban de una mañana con temperaturas entre los 9 y 20º, con el cielo nublado y cierto viento. Ya en la cuerda de la Sierra del Alto Rey, comprobamos que cuando el viento sopla a 15 km/h y no tienes dónde resguardarte, la sensación puede ser francamente desagradable. Tras un pequeño descanso para reponer fuerzas, seguimos caminando lentamente hasta las antenas, expuestos continuamente a la ventisca. El terreno, siempre de piedra suelta, alberga una pequeña senda, que si bien está señalizada, en ocasiones es complicado seguirla y hay que ir muy atento a las piedras amontonadas por los caminantes para evitar la confusión. Ya en la ermita, situada a 1859 metros, algunos decidieron dar tres vueltas a su alrededor, para no tentar a la mala suerte y pedir un deseo. Otros se resguardaron en sus escaleras, donde aprovecharon para aprovisionarse de cara al resto de la marcha. Hasta aquí, llevábamos 6,5 kilómetros de dura subida, pero todavía quedaban otros diez hasta volver a Prádena de Atienza.
Pronto, las caras pálidas de la subida se transformaron en sonrientes rostros que disfrutaban con el increíble paisaje que brindaba la Sierra en su camino hacia el valle del Pelagallinas. Paramos a comer a la altura de la Cueva del Oso, donde además de los bocatas, nos comimos un bizcocho sorpresa para la cumpleañera del grupo, Nuria Esther Sanz Bonacho. Desde ese punto, aún quedaban varios kilómetros a la vera del río, que nos condujeron a buen ritmo hasta Prádena de Atienza, donde hicimos lo que ya es habitual: brindar por la caminata en el único bar del pueblo, en este caso con un objetivo: el año que viene, más.
Con la subida al Alto Rey se da por finalizada la temporada senderista del Colegio de Médicos de Guadalajara. A lo largo del año hemos visitado las tierras del Alto Tajo, las Tetas de Viana, el Pico del Lobo, el Ocejón, el castillo de Zafra, el Hayedo de Tejera Negra, Buenafuente del Sistal… Pronto publicaremos la propuesta de cara al próximo año, en el que los caminantes continuarán conociendo la provincia de Guadalajara paso a paso.