Gripe Estacional
Dr. José María Brihuega Rodríguez, Secretario General del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara. (Publicación 15/03/2013)
Datos y consideraciones importantes
La gripe estacional es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la gripe y que se trasmite fácilmente de una persona a otra a través de las gotitas infectadas que se eliminan con la tos o la respiración y que puede afectar a cualquier persona y de cualquier edad. Los virus de la gripe circulan por todo el mundo y alcanza su auge en los países templados como el nuestro en invierno y otoño..
Puede ser un problema importante de salud pública pues puede causar enfermedad grave incluso la muerte a población de alto riesgo. Así mismo puede tener una gran repercusión económica por la presión que pueden ejercer sobre los servicios de salud y por la reducción de la productividad laboral. La vacunación es la forma más eficaz de prevenir la infección.
Signos y síntomas
La gripe se caracteriza por tener un comienzo brusco de síntomas como son fiebre alta, tos generalmente seca, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, malestar intenso, falta de apetito, secreción nasal y molestias discretas en la garganta. El tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de los síntomas es de unos 2 días y en personas sanas se suele resolver en el plazo de una semana.
Grupos de riesgo
Son los que tienen más probabilidad de sufrir complicaciones, entre los que están los mayores de 65 años, los menores de 2 años y aquellos que tienen problemas físicos previos, sobre todo los que padecen enfermedades crónicas de tipo respiratorio, renal, hepático, sanguíneo, metabólico, cardiaco o de inmunidad.
Transmisión
La gripe se propaga fácilmente y puede extenderse rápidamente en lugares cerrados como son residencias asistidas, escuelas o lugares de trabajo. Se transmite a través de las gotículas infectadas al ser inspiradas por otras personas y también se puede propagar a través de las manos infectadas. Para evitar todo esto hay que lavarse las manos regularmente y hay que cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
Tratamiento
Es sintomático con antitérmicos y analgésicos como son el paracetamol e ibuprofeno, así como hidratación adecuada y más con la fiebre tan alta que ocasiona pérdida importante de líquidos por la sudoración y traspiración. Hay que vigilar la aparición de complicaciones en cuyo caso se tratarían de manera específica según el cuadro que apareciese, teniendo especial cuidado con la aparición de sobreinfecciones de tipo bacteriano como sinusitis o neumonías en cuyo caso habría que instaurar tratamiento antibiótico específico. Además existen medicamentos antivirales (oseltamivir y zanamivir) cuya eficacia está limitada por la aparición de resistencias y otros como la amantadina de baja eficacia.
Prevención
La manera más eficaz de prevenir le enfermedad es la vacunación que puede prevenir la aparición de la enfermedad entre un 70 y 90 % de los casos, mientras que en ancianos reduce los casos graves y las complicaciones en un 60% y las muertes en un 80%. La vacunación es especialmente importante en los grupos de riesgo mencionados y en aquellas personas que viven con pacientes de alto riesgo o sus cuidadores. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) las recomendaciones de vacunación por orden de prioridad son: 1º los que viven en residencias asistidas (ancianos o discapacitados), 2º Ancianos, 3º Personas con enfermedades crónicas y por último embarazadas, profesionales sanitarios, profesionales con funciones sociales esenciales y niños con edad comprendida entre 6 meses y 2 años.