Hernia Inguinal
Dr. D. Julio Hernando Alonso, Vocal de Médicos Jubilados del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara. (Publicación 22/11/2013)
La definición de hernia es la protrusión o salida de parte de un órgano, como el intestino, de la estructura anatómica que normalmente la fija. En el caso de la hernia inguinal, debido a una debilidad de la pared abdominal o a un defecto congénito, se produce la salida de órganos situados en el abdomen, como pueden ser el intestino o la vejiga.
Son múltiples las clasificaciones realizadas sobre las hernias inguinales, pero básicamente nos interesa, para conocer su pronóstico y tratamiento, que se puedan reducir o no y que estén estranguladas o no.
Aparte de las hernias congénitas existen múltiples causas y/o factores de porqué se producen las hernias adquiridas. El esfuerzo físico, por la pérdida de firmeza y elasticidad de los tejidos, el tabaquismo con la tos repetitiva, defectos bioquímicos y defectos físicos, como puede ser el aumento de la presión intrabdominal, son causas frecuentes de hernias adquiridas.
Hay pacientes que están años con hernias inguinales sin ningún tipo de complicación, pero otros debutan con la complicación más frecuente, que es la estrangulación, también llamada “incarceración”, que consiste en la obstrucción del tubo digestivo ya que no permite el paso del contenido intestinal a lo largo del mismo.
El diagnóstico se realiza claramente ante la aparición de una tumoración en la región inguinal. Una hernia inguinal no suele ser dolorosa, normalmente aumenta estando de pie o con movimientos que propician la salida de la misma, como es la tos, pero suele reducirse al tumbarse o manualmente. Muchos pacientes con hernias de larga evolución son capaces de reducirlas manualmente ellos mismos.
En el caso de las hernias estranguladas los signos y síntomas son distintos, refiriéndonos a una tumoración que no se reduce manualmente, que provoca dolor abdominal, náuseas e incluso vómitos. En estos casos es necesaria la intervención quirúrgica urgente.
Se debe distinguir una hernia inguinal no complicada, que no produce dolor, de la artrosis de la cadera y de las adenopatías inguinales, básicamente, las cuales se diagnostican con exploración física. En casos de duda se recurre a la ecografía de la región inguinal y en algunas ocasiones es necesaria la realización de un TAC o escaner abdominal, para descartar un proceso obstructivo del intestino.
El tratamiento de la hernia inguinal siempre es quirúrgico, bien sea programado o urgente, como se menciona anteriormente. En el caso de intervención programada la técnica utilizada es cerrar o disminuir de tamaño el orificio por el cual sale la hernia. En la actualidad dicho orificio se cierra con una prótesis o malla, pudiéndose utilizar distintos tipos de mallas, dependiendo del hábito de cirujano.
El tratamiento urgente de la hernia inguinal estrangulada o “incarcerada” tiene como fin primero quitar la estrangulación que impide el paso del contenido intestinal. En ciertos casos es necesario extirpar la parte del intestino estrangulado y repararlo posteriormente. A continuación se procede a la reparación del orificio inguinal, bien con una prótesis o malla, o recurriendo a las estructuras anatómicas que están alrededor de él. La reparación del intestino conlleva un reposo digestivo en el postoperatorio, es decir, estar en ayunas unos días, con sueros, antibióticos, y analgésicos, que requieren una estancia hospitalaria de unos 6-7 días.
El postoperatorio de una hernia inguinal programada no tiene nada que ver con el de una hernia intervenida urgentemente. Tras una intervención programada el paciente puede ser dado de alta hospitalaria a las pocas horas de la intervención, pudiendo llevar una vida normal en su domicilio, apoyado por analgésicos y reposo. El retorno a la vida laboral se puede realizar en un plazo de unas 4 semanas.
Por el contrario, las intervenciones urgentes conllevan un postoperatorio más complejo, como se ha mencionado anteriormente, habiendo más infecciones de la herida quirúrgica, lo cual a su vez requiere una estancia hospitalaria más larga y la realización de curas diarias en el Centro de Salud.
Como última característica a tener en cuenta, tenemos la reproducción o recidiva de la hernia inguinal. Es fácilmente comprensible que una intervención urgente, con el riesgo de infección que lleva consigo, sea más propensa a la reproducción de la hernia, cosa que normalmente no ocurre en el caso de las intervenciones programadas. En la actualidad el índice de reproducciones en las intervenciones programadas oscila entre el 0,1 y el 0,5%, aumentando a 5% en las urgentes. Por otro lado la hernia reproducida o recidivada tiene un índice del 5% de que vuelva a reproducirse.