Intoxicaciones por Setas II
Dr. D. Ramón Viana López, Especialista en Traumatología y Tesorero-Contador del Colegio de Médicos de Guadalajara. (Publicación 05/12//2014)
Intoxicaciones con periodo de latencia largo
– Intoxicación por setas con hidracinas (síndrome giromitrínico): Es provocada por Gyromitra Esculenta y especies próximas (puede que también algunas Helvella spp.). Se la considera comestible si se desecan o hierven (y se desecha el agua de cocción), para destruir las toxinas. Los síntomas ocurren de 6-9 horas, y consisten en náuseas, vómitos y diarreas de baja intensidad, arritmias, hipotensión, transtornos del nivel de conciencia, hemólisis y más adelante afecciones hepáticas y renales.
– Intoxicación por setas nefrotóxicas : Causada por especies de Cortinarius, normalmente de pequeño tamaño y tonos rojizos o canelas. Provocan insuficiencia renal, en algún caso irreversible, y se manifiestan de 3-17 días. A causa de este periodo de latencia tan largo, a veces falla el diagnóstico. No hay antídotos. En casos graves hay que recurrir a la hemodiálisis o el transplante renal.
– Intoxicación por setas hepatotóxicas: Causadas por Amanita phalloides, A. virosa, A. verna, Lepiota brunneo-incarnata y Galerina. La mayoría de intoxicaciones mortales se deben a sus toxinas, 20-30 gramos de estas setas pueden matar a un adulto sano, si no recibe tratamiento. Los síntomas aparecen más o menos a las 11 horas de la ingestión. Primero hay una fase intestinal, con diarreas graves y vómitos, que pueden causar desidratación. Si no se trata, puede llegar a dañar al riñón. Luego hay una fase de mejoría aparente (24-48 horas), que se debe al tratamiento sintomático y aporte de líquidos en el hospital. Luego sigue la fase de agresión visceral, con lesiones en el hígado, ictericia, etc. El paciente puede recuperarse, acabar con una hepatitis crónica, o bien empeorar y morir. El tratamiento implica un restablecimiento del balance hidroelectrolítico y la desintoxicación del organismo (y, en casos muy graves, el transplante hepático).
Otras alteraciones por setas
- Hasta las especies inofensivas pueden dar problemas: Ciertas setas comestibles pueden provocar reacciones adversas en algunas personas, como ya indicamos al hablar del síndrome resinoide. Una posibilidad es que las setas hayan sido recolectadas en malas condiciones, o que sean ejemplares viejos, o que requieran una cocción prolongada. Pueden darse casos de intolerancias personales, que ante setas tan inofensivas como Pleurotus Ostreatus o Suillus Spp. sufran reacciones gastrointestinales, enrojecimiento de la piel o picores. También pueden darse alergias respiratorias por culpa de las esporas. Y, por supuesto, hay que rechazar las setas recolectadas en márgenes de carreteras, sitios contaminados, etc., ya que pueden acumular sustancias nocivas, productos fitosanitarios, metales pesados…
- Síndrome rabdomiolítico: La seta de los caballeros (Tricholoma Equestre) era considerada como un bocado exquisito. Sin embargo, algunas intoxicaciones mortales en Francia y Polonia han hecho que debamos reconsiderar su consumo. Parece ser que si se comen de forma repetida y en gran cantidad, causan rabdomiolisis o desintegración muscular.
- Síndrome acromelálgico (o de las “piernas inquietas”): Clitocybe Amoenolens y C. Acromelalga causan acromelalgia, una curiosa enfermedad que provoca dolor y picores en las piernas, con una imperiosa necesidad de moverlas continuamente.
- Síndrome norleucínico: Se ha descrito recientemente. Está provocado por Amanita Smithiana y A. Proxima. Afecta a los riñones, aunque el mecanismo de acción es distinto al de Cortinarius Orellanus (véase más arriba). El remedio suele ser la hemodiálisis. Hay que tener cuidado, ya que la seta de rubial (Amanita ovoidea), comestible, puede confundirse con A. próxima.
La intoxicación por ingestión de setas es un fenómeno estacional (la mayoría de setas crece en otoño) y que suele darse más en entornos urbanos que en rurales (ya que la gente del campo prefiere no hacer experimentos o fiarse de las guías, y come sólo lo que conoce). Las intoxicaciones suelen deberse a la ignorancia de que existen setas venenosas, a la confusión con especies comestibles, o bien a la aplicación de falsas normas para reconocerlas, que no sirven para nada. La única norma fiable es el conocimiento de las especies comestibles, fruto de la experiencia. Si no se conoce una especie, lo mejor es no consumirla.