La sarna
José María Brihuega Rodríguez
Médico de Familia y Secretario General
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara
La sarna es una infestación cutánea parasitaria causada por ácaros, que son una subclase de los arácnidos, en concreto el Sarcoptes scabiei. Las infestaciones se producen en todo el mundo. La hembra del ácaro cava túneles bajo la capa superior de la piel y deposita sus huevos en surcos. Los ácaros jóvenes (larvas) eclosionan al cabo de pocos días.
La infestación se transmite fácilmente de persona a persona por contacto físico. Los ácaros humanos pueden vivir en fómites, que son objetos físicos, como toallas, ropa de cama y prendas de vestir, desde donde pueden infestar a las personas. Sin embargo, una vez fuera del cuerpo humano, los ácaros no sobreviven mucho tiempo.
La característica más habitual de la sarna es un intenso picor, que generalmente empeora por la noche. Los surcos de los ácaros a menudo se ven como líneas muy finas de hasta 1 cm de largo, a veces con una diminuta elevación (protuberancia) en un extremo, correspondiente al ácaro y que a menudo se abren por el rascado. Ocasionalmente se podría producir una infección bacteriana secundaria.
Las protuberancias pueden estar en cualquier parte del cuerpo, aunque es raro verlas en la cara. Aparecen primero entre los dedos, las muñecas, la parte interna de los codos, las axilas, en la cintura o en las nalgas.
Existe una variedad grave, la denominada sarna costrosa o noruega, que se suele dar en:
- Personas con un sistema inmunitario debilitado como por ejemplo los que padecen VIH, las neoplasias hematológicas o el uso crónico de medicamentos que inhiben el sistema inmunitario.
- Las personas con discapacidades físicas graves o discapacidad intelectual
- Aborígenes australianos.
Las infestaciones graves causan grandes áreas de piel engrosada y con costra sobre todo en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Curiosamente, no suele aparecer picor.
La “sarna incógnita” es una forma diferente de sarna que aparece en las personas que usan corticoesteroides tópicos durante largos períodos de tiempo y que es difícil de reconocer porque tiene un aspecto distinto del habitual; además, los ácaros pueden ser muy difíciles de detectar.
Diagnóstico
Por lo general, todo lo que se necesita para establecer el diagnóstico de la sarna es prurito y observar el aspecto de las protuberancias y de los surcos, aunque la mejor manera de confirmar la presencia de ácaros, sus huevos o heces es haciendo un raspado de las protuberancias o surcos y observarlo al microscopio.
Tratamiento
La sarna se trata mediante la aplicación de una crema que contenga permetrina por todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo, y un lavado después de 8 a 14 horas. Este tratamiento se repite pasada 1 semana.
La administración de ivermectina por vía oral en dos dosis administradas con 1 semana de intervalo también resulta eficaz en las personas que no muestran respuesta o no pueden recibir fármacos directamente sobre la piel, y es especialmente útil para el tratamiento de infestaciones graves en caso de tener un sistema inmunitario débil.
Incluso después de un tratamiento exitoso para erradicar los ácaros, el picor y las protuberancias pueden persistir hasta 3 semanas, debido a la reacción alérgica provocada por los ácaros, este picor se puede tratar con antihistamínicos por vía oral o con cremas de corticoides suaves.
Si hubiera infección bacteriana secundaria se trataría ésta con antibióticos.
También deben tratarse los que han tenido contacto corporal directo, con una persona con sarna, así como los convivientes.
Las prendas de vestir, las toallas y la ropa de cama utilizadas durante los días previos deben lavarse con agua caliente y secarse en una secadora a alta temperatura, lavarse en seco o colocarse en una bolsa de plástico cerrada durante al menos 3 días antes de un lavado normal.