Los médicos “de los huesos”
Autor: Oscar Romanillos
Médico Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología
Vocal de Médicos Tutores y Docentes del ICOM de Guadalajara
“El primer signo de civilización en una cultura antigua fue un fémur que alguien se fracturó y luego apareció sanado”. Esta fue la inesperada respuesta que la antropóloga Margaret Mead (1901-1978) dio a un estudiante que le preguntó por el primer signo de la civilización en la humanidad. Efectivamente, en el reino animal una fractura tan grave supone la muerte de forma natural. “Un fémur quebrado y que se curó evidencia que alguien se quedó con la persona lesionada, y que le vendó e inmovilizó la fractura. Es decir, lo cuidó”.
La paleopatología, término acuñado por Sir Marc Armand Ruffer (1859-1917), evidencia restos óseos y momificados con callos de fractura, tumores óseos, huellas de osteomielitis, signos degenerativos articulares, etc. Demuestran que el ser humano evolucionó desde sus orígenes con este grupo de enfermedades y que se preocupó por recuperar y rehabilitar a los individuos que habían perdido sus condiciones físicas naturales. La combinación de elementos mágicos y empíricos caracterizó esa medicina primitiva.
Miles de años después, las enfermedades del Aparato Locomotor (huesos, articulaciones, músculos y nervios de las extremidades y la columna) siguen siendo uno de los principales motivos de pérdida de la salud, pérdida de calidad de vida y sufrimiento por el dolor y la limitación funcional. En países muy desarrollados, con gran longevidad como en España, la artrosis y las fracturas debidas a la osteoporosis suponen una auténtica epidemia y un gran problema sociosanitario.
Si bien es cierto que una gran parte de estas patologías pueden ser atendidas y tratadas en el ámbito de la atención primaria (medicina familiar y pediatría), la medicina ha tenido un extraordinario avance en sus técnicas diagnósticas y terapéuticas en las últimas décadas y actualmente son varias las especialidades que la atienden de forma complementaria. Sin embargo, hay un cierto grado de desconocimiento y confusión en la población general, que con frecuencia se pregunta “Para mi problema, ¿a qué especialista debería acudir? ¿Al traumatólogo, al reumatólogo, al rehabilitador…?”
La Cirugía Ortopédica y Traumatología es la rama de la medicina que se ocupa de la parte más “estructural” de estas enfermedades con medios médicos, ortopédicos (yesos, ortesis…) y quirúrgicos (osteosíntesis, artroscopias, prótesis articulares, etc.). Aborda los problemas congénitos o del desarrollo (displasias, escoliosis…), las lesiones (fracturas, luxaciones, roturas tendinosas, de ligamentos o meniscos…), las artrosis graves que requieren osteotomías o prótesis articulares, la patología grave vertebral y discal, los tumores y las infecciones graves. Es la especialidad más antigua y, tal vez por ello, la más demandada. Ya Hipócrates (460-370 a.C.) publicó sus obras “Tratado de las fracturas” y “Tratado de las articulaciones”.
Sin embargo, otras dos especialidades pueden ser más adecuadas para gran parte de estos problemas. Con el desarrollo y el avance de las técnicas diagnósticas y terapéuticas surgió a mediados del siglo XX la Reumatología, una especialidad dedicada a los trastornos médicos, no quirúrgicos, de las enfermedades osteoarticulares y musculares más generalizadas o sistémicas: degenerativas (artrosis), inflamatorias (artritis reumatoide, miositis, vasculitis…), metabólicas (osteoporosis, osteomalacia…), enfermedades del tejido conectivo (lupus, esclerosis sistémica, síndromes dolorosos como la fibromialgia), etc.
Finalmente, la tercera gran especialidad que complementa a las anteriores es la Medicina Física y Rehabilitación. Todavía es la menos conocida por la población y algunos médicos de atención primaria. Surgió a principios del siglo XX, pero en nuestro entorno se ha desarrollado e implantado progresivamente en las últimas décadas. Una parte de ella se ocupa de valorar al enfermo con discapacidades del aparato locomotor derivadas de lesiones, enfermedades reumáticas, cirugías, etc. y de establecer un plan adecuado de rehabilitación.
Para ello cuentan una amplia variedad de terapias médicas, infiltraciones, fisioterapia, ortoprótesis externas, etc. Son muchas las enfermedades del aparato locomotor. Es importante elegir bien y a tiempo la especialidad más adecuada para cada problema.