Medicina del Viajero (II)
Dr.D. Juan Iañez Galán, vicesecretario del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara. (Publicación 06/02/2015).
Continuamos con el viaje que iniciamos la semana pasada y vamos a valorar otras circunstancias que pueden ocurrir en nuestros viajes por el mundo.
Hay que considerar otra serie de riesgos no infecciosos durante el viaje:
Jet Lag
Es la respuesta individual a cruzar distintas zonas horarias y la capacidad de Adaptación.
La edad, el cruce de muchas zonas horarias y los viajes hacia el Este aumentan el tiempo de adaptación.
Si hay que realizar reuniones en las que hay que tomar decisiones críticas es mejor posponerlas unos días después de la llegada.
Se puede evitar bebiendo líquidos durante el viaje, evitando la cafeína y el alcohol, exponiéndonos a la luz del día al llegar al destino y ajustando el despertador a la hora local.
Mareo por locomoción
Se produce en coche, tren, avión y sobre todo en barco. Afecta al 100% de los pasajeros de barcos con mala mar.
Se puede evitar si viajamos en el asiento delantero del coche, en los asientos que miran hacia adelante del tren, viajando en el centro del barco y en los asientos al lado de las alas en los aviones. Se pueden prevenir tomando antihistamínicos antes del viaje (betahistina)
Quemaduras solares
La exposición al sol está influenciada por la geografía, clima, estación del año y horas del día. Son frecuentes sobre todo en países cercanos a la línea del Ecuador y en zonas de altura donde hay mayor exposición a los rayos UVA.
La exposición al sol es más alta durante el verano entre las 10 y las 16h.
La nieve y la arena incrementa el riego también por el reflejo que producen los rayos UVA.
Hay medicamentos que incrementan la sensibilidad a los rayos solares, como tiazidas, diureticos, tetraciclinas, doxiciclina, antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno.
Hay que usar protectores solares mayores de 50 antes de la exposición al sol.
Hay que usar mejor ropas oscuras que claras
Temperaturas extremas
El viajero debe tener en cuenta que la aclimatación puede tardar varios días, por lo que hay que aumentar la ingesta de líquidos sobre todo si se hace ejercicio, incluso cuando no hay sed (evitar alcohol y bebidas azucaradas).
Las bebidas deportivas (aquarius,etc) pueden aportar sales minerales, aunque el agua suele ser suficiente.
Los climas fríos afectan sobre todo a personas mayores que tienen el metabolismo bajo y a los niños que pierden más calor que los adultos.
Para prevenir la hipotermia y la congelación hay que vestir ropas calientes a capas impermeables y resistentes al aire. La ropa interior debe ser de lana y seda que guardan mejor el calor que el algodón.
Mal de altura
La tolerancia de los viajeros a la altura (hipoxia o falta de oxígeno) es variable y no se dispone de pruebas que permitan predecir el riesgo individual.Ocurre normalmente a partir de los 2.400 metros de altura
La susceptibilidad parece depender de factores intrínsecos y no es modificable con el entrenamiento físico.
Para prevenirlo es conveniente no viajar directamente a grandes alturas y evitar comidas copiosas y alcohol.
Hay que hacer un ascenso gradual.
No se recomienda viajar a zonas de gran altitud a personas con:
Angina de pecho, bronquitis crónica descompensada, hipertensión pulmonar, apnea nocturna, infarto de miocardio de menos de 4 semanas, asma no controlado, neumotorax de repetición, enfermedad tromboembólica, epilepsia no controlada, edema pulmonar o cerebral previo.
Los trastornos o síntomas del mal de altura son: mareos, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, falta de apetito, agotamiento físico, trastornos del sueño (tanto insomnio como somnolencia) y como gravedad la disnea súbita nocturna y el edema cerebral y pulmonar.
Y al volver de esos viajes si presenta cualquier síntoma raro que no tenía al irse acuda a su médico del Centro de Salud y cuénteselos para que le solucione alguna patología que se haya venido con usted.
QUE TENGA FELIZ VIAJE Y MEJOR REGRESO