Mitos y realidades de la anestesia
Dra. Dña. María Cristina del Rey López, Especialista en Anestesiología, Reanimación, Tratamiento del dolor y Vicepresidente del Colegio de Médicos de Guadalajara (Publicación 21/03/2014)
El miedo a la anestesia surge de una terrible pregunta: ¿volveré a despertarme? Sin embargo, hoy el riesgo de la anestesia es mínimo, pues se ha avanzado mucho en el desarrollo e investigación de fármacos efectivos y equipos seguros, así como en la especialización de los médicos responsables de su administración..
Los riesgos en la anestesia derivan no tanto de la anestesia como tal (si bien ésta reduce gran parte de las funciones del organismo) sino más bien de las enfermedades (hipertensión, diabetes, obesidad etc.) y el estado físico del paciente. ¿Cuántas personas conoce usted que no se hayan despertado de una anestesia? Hoy día es extremadamente raro que la anestesia sea una causa de muerte. En estos momentos muchas personas están bajo anestesia, y son intervenidas de enfermedades extremadamente graves como cirugía cerebral o cirugía a corazón abierto; la mayoría de esas personas no tendrá ningún problema con la anestesia.
Siempre existe la posibilidad de hablar sobre sus miedos con el anestesiólogo, antes de su cirugía, en la consulta preanestésica; usted podrá preguntarle lo que quiera sobre su temor de ser anestesiado. Probablemente, él o ella responderán sus inquietudes con claridad, y le asegurarán que estarán a su lado en el quirófano, durante el tiempo que dure su cirugía; sus palabras, con toda seguridad, lo calmarán.
Puede ser que usted le tema a las consecuencias colaterales de la anestesia como por ejemplo el dolor, las reacciones alérgicas, naúseas y vómitos, el no querer enterarse de nada. Una vez más pregunte a su anestesiólogo sobre esta clase de efectos, y como los controla si llega a padecerlos; hay varias alternativas para superar el malestar causado por la anestesia. Recuerde hablar con mucha claridad con su equipo de cirugía, porque siempre hay una solución.
Los tres mitos más comunes relacionados con la anestesia:
Las frecuentes y nocivas historias que oímos sobre la anestesia, han generado una serie de mitos populares, que aquí voy a aclarar.
Mito 1:
“La persona se quedó en la anestesia y no despertó”
A usted le van a vigilar sus constantes vitales continuamente durante la cirugía; literalmente, el anestesiólogo leerá minuto a minuto sus signos vitales, con lo que puede anticipar y solucionar cualquier inconveniente a tiempo. Los casos de muerte por anestesia ocurren principalmente en pacientes con padecimientos muy graves o complicados.
Mito 2:
“¿Puedo despertar durante la anestesia?”
Dependiendo del tipo de anestesia que se aplique en su caso, podrá o no recordar el procedimiento. En casos de anestesia general usted será inducido a un estado de inconsciencia profundo, y será incapaz de recordar algo o de despertarse durante la cirugía. Despertar en medio de un procedimiento quirúrgico puede ser una experiencia terrible para cualquiera, pero déjese de temores infundados; nadie está jugando con usted. En un quirófano la palabra improvisación no existe.
Mito 3:
“El despertar es terrible”
Es verdad que hay casos donde las personas se despiertan con crisis nerviosas, llorando, gritando o con un enorme malestar. Sin embargo, hoy es común administrar medicamentos, durante el procedimiento quirúrgico, que ayudan a un mejor despertar, y contribuyen también en el manejo del dolor y las náuseas.
Siempre debe tener en cuenta que el anestesista estará presente antes, durante y después de la operación para supervisar la administración del anestésico y asegurarse de que el paciente recibe en todo momento la dosis adecuada. En la anestesia general, el anestesista utiliza una combinación de diversos medicamentos para:
- Reducirle la ansiedad
- Mantenerle dormido .
- Minimizar el dolor durante la intervención y aliviárselo después de la misma .
- Impedir que recuerde lo sucedido durante la intervención.
La razón por la que las personas desarrollan temor hacia la anestesia es debido a que no cuentan con la información adecuada, y siempre se debe tener en mente que, con cualquier procedimiento, se pueden presentar riesgos, pero hoy en día estos riesgos han sido reducidos a su mínimo.