Especial COVID-19: Una mirada al futuro poniendo el foco en la prevención de la transmisión comunitaria
Epidemiología
Elena Román Marcos
COL nº191903226
Uno de los servicios cuya actividad se intensificó enormemente como conciencia de la Covid-19 fue el de Epidemiología y Salud Pública, cuya misión es identificar las enfermedades de declaración obligatoria y las enfermedades transmisibles.
En situaciones normales, durante las guardias epidemiológicas, los técnicos de este servicio reciben llamadas relacionadas con mordeduras de animales, posibles casos de tosferina, tuberculosis, meningitis u otras enfermedades transmisibles. Con la entrada del año 2020 empezaron a llegar a España noticias de un nuevo coronavirus que estaba afectando a China y el servicio empezó a prepararse, pero fue el 27 de febrero, con la declaración del primer caso de infección por coronavirus en Castilla La Mancha cuando la situación dio un giro inesperado.
Para hablar de cómo se ha vivido esta crisis sanitaria dentro del servicio de Epidemiología charlamos con la Dra. Elena Román, quien nos cuenta cómo cambiaron las rutinas de su día a día con la entrada del virus en Guadalajara: “todo cambió radicalmente, las llamadas durante la guardia de Epidemiología eran constantes. Empezamos a trabajar sin horario, todos trabajábamos mañana y tarde, sábados y domingos y de hecho, a día de hoy la situación no ha variado mucho tras seis meses maratonianos y previsiblemente continuaremos así durante un tiempo que no podemos predecir. Normalmente, tenemos distribuidas las tareas y cada técnico se ocupa de unas enfermedades pero desde que la covid-19 comenzó, nos hemos tenido que dedicar 100% a esta enfermedad sin olvidar nuestras actuaciones habituales relacionadas con el resto de enfermedades transmisibles que se siguen produciendo”.
La sensación, tanto desde dentro como desde fuera, fue la de que todo se paró y el coronavirus pasó a ser el único protagonista y la contención de la pandemia se convirtió en la máxima prioridad, especialmente durante los meses de marzo y abril. En las primeras semanas se sabía muy poco sobre el virus y a día de hoy, todavía encierra muchas incógnitas y seguimos aprendiendo cómo afrontar nuevas situaciones del día a día. Sin embargo, lo que sí estaba claro desde el primer momento era la forma de transmisión, por lo que los esfuerzos se centraron en contener la expansión del virus y en asesorar a los profesionales cuando se enfrentaban a un posible COVID: “cambiaron las preguntas, sospechas sobre si podía ser o no esa enfermedad y tuvimos que aprender a manejar esa incertidumbre. Mientras hubo pocos casos, la situación fue manejable en el sentido de que permitía actuaciones más individualizadas, haciendo un mapa de contactos y un seguimiento, pero con la llegada del pico de la pandemia, hubo que centrarse en la urgencia del día a día: “fue una situación totalmente excepcional que nos superó a todos.” Elena Román nos describe con angustia las llamadas a todas horas, en el fijo, en el móvil, en el busca… y esa sensación de ir apagando fuegos que ha sido la tónica general en los sanitarios de todo el país: “llevamos desde entonces sin descansar un solo día aunque nadie nos lo haya pedido. Simplemente había que hacerlo y sentíamos que era nuestro deber. Todos han arrimado el hombro y ha sido muy enriquecedor el poder ver cómo han trabajado los miembros del equipo poniendo todo de su parte para superar la pandemia”.
Todavía con el cansancio acumulado sobre sus hombros, Elena mira a la pandemia con la sensación de que la sociedad no es del todo consciente de lo que ha ocurrido y puede seguir ocurriendo si no nos mantenemos todos alerta y con las medidas necesarias para contener la enfermedad. A pesar del apoyo de la gente en los momentos de confinamiento más duro, se pregunta si seremos capaces de mantener la tensión para que la ciudadanía siga tomando las medidas necesarias para prevenir rebrotes: “va a haber brotes y debemos estar alerta para atajarlos y que no vayan a más, pero deberíamos estar preocupados por la transmisión comunitaria que es la que puede ser más peligrosa”. Ahí es donde están centrados los esfuerzos actualmente, gracias al trabajo de todo el servicio de Epidemiología, enfermeras de vigilancia, técnicos del servicio: “aquí quiero mencionar a Miguel Ángel García Lacunza, jefe de sección que nos dirigió en los peores momentos de la pandemia y que después de 4 décadas al servicio de Salud Pública de Guadalajara, ha llegado el momento de su jubilación. En este momento, estudian los contactos y hacemos seguimiento riguroso y exhaustivo de todos los casos sospechosos que tenemos y se toman medidas, llegando incluso al aislamiento forzoso en caso de que alguien no siga las recomendaciones.
De todos es sabido que en el momento más duro de la pandemia no había test disponibles y hubo que priorizar, realizando pruebas diagnósticas tan solo a los sanitarios y a los pacientes graves ingresados: “A dia de hoy no tenemos problemas para la realización de test diagnosticos bien a través de atención primaria o especializada. La realización de forma indiscriminada por parte de entidades privadas, sin clara indicación por parte de un facultativo y con problemas de interpretación de los resultados y formas de actuar ante los mismos, puede provocar confusión y falsa sensación de seguridad cuando las medidas mas efectivas son de sobra conocidas y la realizacion de un test no nos libera de mantener nuestro estado de alerta.” Se está abriendo la puerta, como nos apunta la Dra. Román, a estudios de seroprevalencia que ofrecen una visión de cómo está la población a nivel inmunológico: “en Castilla La Mancha vamos a hacer un estudio de seroprevalencia muy importante en el que se verá quién ha estado en contacto con la enfermedad, quién la ha pasado o ha generado anticuerpos contra el virus y va a valorar qué tipo de inmunidad ha generado la enfermedad y cuánto dura, lo que será muy valioso a la hora de conocer un poco mejor cómo se comporta y saber si las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad.
Otros estudios, como el de seroprevalencia a nivel nacional ofrecen una foto fija de la situación epidemiológica de todo el país y ayudan a tomar decisiones ya que como dice Elena Román: “hay que centrar los esfuerzos en anticiparse a los problemas de salud pública en lugar de buscar soluciones cuando la situación ya es incontrolable”. La Dra. Román se queda con todo lo que hemos aprendido durante la pandemia, con la capacidad de reacción y de adaptación de los sistemas sanitarios, poniendo en marcha nuevas herramientas como el EPISCAM, que serán determinantes a la hora de detectar enfermedades de declaración obligatoria en el futuro. Y es que en tiempos de crisis, hacer de la necesidad virtud tiene más valor que nunca y en este caso, la covid 19 nos ha dado una lección, que con una lectura en positivo, nunca olvidaremos.