Osteoporosis
Dr.D. Ramón Viana López, Tesorero-Contador del Colegio de Médicos de Guadalajara. (Publicación 11/10/2013)
La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una baja densidad ósea que produce un deterioro de la microarquitectura de los huesos. Como resultado se incrementa la fragilidad ósea y aumenta el riesgo de producirse una fractura ante un traumatismo de baja energía. Otros efectos adversos son el dolor, la deformidad, la pérdida de independencia y la muerte prematura, en particular después de una fractura de cadera. A pesar de que la osteoporosis ha sido considerada durante mucho tiempo
una consecuencia del envejecimiento, la historia natural puede alterarse con dieta y ciertas estrategias de tratamiento.
Definimos la osteoporosis como primaria o secundaria. La primera está asociada a la aparición de la menopausia y al envejecimiento poblacional, y se asocia a las fracturas por compresión vertebral, de muñeca y de cadera, principalmente. En la osteoporosis secundaria, un agente o proceso identificable causa la perdida de masa ósea: alteraciones hormonales, trastornos neoplásicos, anomalías metabólicas, enfermedades del tejido conectivo, tratamientos prolongados con corticoides, inmovilización prolongada, etc
Síntomas clínicos
Con frecuencia la osteoporosis es una enfermedad “silenciosa” y no se diagnostica hasta que el paciente consulta por dolor de espalda, una fractura, una pérdida de su altura o una deformidad raquídea.
Factores de riesgo de sufrir una fractura por osteoporosis
Los podemos agrupar en dos grupos, en función de que se puedan modificar o no.
Dentro de los no modificables tenemos: el antecedente de fractura personal en la edad adulta, el antecedente de fractura en pacientes de primer grado, la raza blanca, la edad avanzada, el sexo femenino, la demencia, la mala salud.
Entre los potencialmente mejorables se encuentran: el tabaquismo, la deficiencia de estrógenos( menopausia precoz), la baja ingesta de calcio y vitamina D durante toda la vida, la toma de corticoides y anticonvulsivantes, el alcoholismo, las caídas recidivantes, la visión deficiente, la escasa actividad física, la mala salud, etc
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnosticas se utilizan para identificar la existencia y la gravedad de la enfermedad, para medir la repuesta al tratamiento y para descartar las causas de una osteoporosis secundaria.
Debido a que no hay una medición especifica de la resistencia del hueso, se usa la Densitometría Mineral Osea. Esta técnica es rápida e indolora y ayuda a estimar la resistencia ósea y a predecir el riesgo de una futura fractura
Como la osteoporosis es una enfermedad silente, la decisión de controlarla se debe basar en el perfil de riesgo del paciente.
Prevención
Las recomendaciones para la población general incluyen el aporte adecuado de calcio y vitamina D, el ejercicio regular con carga corporal y evitar el tabaquismo y el exceso de ingesta de alcohol. Deberá alentarse a las mujeres a aumentar la densidad ósea durante la adolescencia para alcanzar en la edad adulta un adecuado nivel de masa ósea.
Debe instruirse a los personas mayores sobre la importancia de mantener un peso corporal adecuado y a disminuir los factores de riesgo de caídas mediante la practica diaria de ejercicio, el abuso de hipnóticos y la mejora de la función visual.
La mayoría de los adultos consumen menos Calcio que el recomendado (1200 mg/día), en especial las personas mayores, por lo que será necesario añadir a la dieta algún tipo de suplemento.
La Vitamina D es esencial para absorber el calcio del tubo digestivo y los requerimientos aumentan con la edad porque la producción de esta vitamina en la piel con la exposición al sol está disminuida. Con frecuencia también será necesario añadir suplementos a las personas mayores.
Tratamiento
En las mejores circunstancias, el tratamiento se inicia antes de que ocurra la fractura. Se debe alentar a todos los pacientes a seguir las estrategias de prevención enumeradas con anterioridad.
Las medicaciones actuales aprobadas para el tratamiento son el Calcio y la vitamina D, los agentes antirresortivos, la terapia de sustitución hormonal, la Calcitonina, el raloxifeno y los agentes que estimulan la formación ósea.