Patologia ano-rectal (hemorroides)
Dr. D. Julio Hernando Alonso, Vocal de Médicos Jubilados del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara. (Publicación 01/03/2013)
HEMORROIDES
Son dilataciones venosas de los plexos venosos internos y externos del canal anal y se asocian con redundancia de la mucosa y/o de la piel perianal. Popularmente también se les conoce con el nombre de almorranas.
A partir de los 50 años se considera que aproximadamente el 50 % de la población presenta algún desarrollo de la enfermedad hemorroidal. Al parecer, los hombres padecen hemorroides con una frecuencia doble que las mujeres.
A menudo, la aparición de las hemorroides es consecuencia del esfuerzo para evacuar el intestino, aunque pueden ser causadas por otros factores. Algunas causas que predisponen a padecer hemorroides son los factores hereditarios, la obesidad, el estreñimiento o la diarrea. Existen otras causas como pueden ser permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo y es muy frecuente al final del embarazo.
Las hemorroides se clasifican en internas y externas; las que requieren consulta médica habitualmente son las internas y se clasifican en cuatro grados según su protusión o prolapso en el ano.
El principal síntoma es la hemorragia que se revela como sangre roja brillante en forma de goteo o en chorro, sobre todo al acabar la deposición. Esta hemorragia suele ser autolimitada. Otros síntomas menos frecuentes son el dolor perianal, el prurito y la descarga mucosa, así como el prolapso mucoso o la tumoración perianal, como signo clínico. La complicación más frecuente es la trombosis, al quedar pellizcadas por los esfínteres al estar prolapsados los plexos, ya que se produce congestión venosa, edema y posterior trombosis. Lo normal es la resolución espontánea, aunque a veces puede producirse necrosis y ulceración.
Las hemorroides son fáciles de identificar: sensación de ardor en el recto, picor, humedad anal constante, dolor, eventualmente sangrado al evacuar, manchado de la ropa interior, y sensación de salida de alguna tumoración por el ano.
El diagnóstico se realiza mediante un examen clínico del recto y del ano. Para descartar la posibilidad de un cáncer se recomienda realizar una colonoscopia, la cual permite ver todo el colon.
Para prevenir las hemorroides, se recomienda hacer ejercicio por lo menos tres veces a la semana durante media hora, ya sea caminar o correr, con el fin de mejorar la circulación general, evitar el sobrepeso y el sedentarismo.
Si padecemos hemorroides, es importante mantener una buena higiene anal y evitar rascar o frotar las hemorroides, para evitar lastimarlas y prevenir las infecciones. Se debe corregir el estreñimiento añadiendo fibra a la dieta y abundantes líquidos, evitando comidas muy sazonadas y el consumo de alcohol. Es preferible lavar el ano únicamente con agua fría o tibia, y posteriormente secarlo con toalla, al uso de papel higiénico. Habitualmente junto a las medidas higiénicas se debe asociar algún analgésico y pomadas antihemorroidales.
Con estas medidas, el dolor y la hinchazón de la mayoría de las hemorroides sintomáticas disminuirán en un plazo de dos a siete días, y la tumoración debería remitir entre cuatro y seis semanas.
El tratamiento quirúrgico se debe realizar siempre que el tratamiento médico no sea suficiente o cuando ya existen complicaciones.
Existen varios tipos de procedimientos quirúrgicos para el tratamiento de las hemorroides, y pueden llevarse a cabo tanto bajo anestesia general o con local y sedación. Habitualmente, las hemorroides se extirpan y se colocan en la zona gasas estériles para prevenir la hemorragia.
Durante la convalecencia el paciente experimenta dolor cuando contrae o relaja el ano, por lo que deben administrarse analgésicos. También se debe evitar el uso de papel higiénico. Son aconsejables los baños templados que servirán para disminuir las contracciones dolorosas del ano a la vez que calman el picor y la quemazón de la zona. Se puede esperar una completa recuperación en dos semanas.