Patología mental en época de crisis
Dr. D. Diego Álvarez Tostado, – Médico Psiquiatra. (Publicación 28/08/2015).
Dentro de las enfermedades mentales existe un grupo de patologías que carecen de la organicidad típica de las enfermedades más graves. Estas enfermedades más graves, como pueden ser la esquizofrenia o los trastornos afectivos, por mencionar algunos, suelen presentar un componente químico, congénito o hereditario marcado y la mayoría de las veces se va a manifestar sin importar la intensidad o frecuencia de factores estresantes que sufra el sujeto determinado. Sin embargo, existe otro grupo de enfermedades que no requieren de estos factores intrínsecos potentes para manifestarse, los conocidos como trastornos adaptativos o trastornos reactivos emocionales.
Estos trastornos se pueden presentar en personas que previamente han tenido una salud mental normal, que no han sufrido mayores traumas emocionales previos, o incluso que no tienen factores de riesgo para patología mental como puede ser el consumo de tóxicos, antecedentes familiares o personalidades disfuncionales.
Esta patología adaptativa aparece como una respuesta emocional ante una situación de crisis. El tipo de crisis que la provoca puede ser de cualquier índole, desde problemas familiares, de pareja o por enfermedad propia. Aún así, y desde hace ya varios años, el principal factor que está ocasionando un aumento importante en la aparición de estos trastornos es la crisis económica que se está viviendo en España.
Se puede considerar como normal tener una reacción emocional negativa al enfrentarse a una crisis. Pero aún así, no todas las reacciones emocionales tienen que convertirse en una patología mental como tal. Muchas de ellas pueden ser transitorias y no llegar a cumplir criterios de enfermedad clínica, y mejoran espontáneamente.
Aunque el origen y la forma de gestarse es distinta a la de otras enfermedades psiquiátricas en teoría más graves, no dejan de ser peligrosas e incapacitantes para el paciente.
La gravedad de estas patologías es real, y no debe ser menospreciada. Sin la adecuada ayuda profesional el pronóstico puede y suele ser grave. Sin tratamiento, el riesgo de estas enfermedades no sólo es la cronicidad, ya que el sufrimiento emocional sin manejarse tiende con mucha frecuencia a conducir a las conductas suicidas.
Es importante poder identificar datos de alarma que nos pueden hacer sospechar que alguien presente una patología adaptativa de cierta gravedad. No sólo es el ánimo depresivo, sino la falta de motivación, iniciativa, la falta de energía, la tendencia a la inactividad, el dejar de disfrutar de actividades de ocio que hasta hace tiempo podían distraer o hacer reir a la persona. Se pueden observar cambios de humor, falta de paciencia ante frustraciones mínimas, mayor irritabilidad. Cambios marcados en los patrones de sueño y en la alimentación. Es frecuente observar que algunos se refugien en el alcohol para intentar tranquilizar los nervios. Pueden aparecer crisis de angustia, o estados de ansiedad que se mantienen durante días y se manifiestan por malestar en el tórax en forma de pinchazos u opresión, dificultad para respirar, o simplemente como una sensación de nudo en el estómago o en la garganta.
Es importante aclarar que cuando se trata de patología mental adaptativa lo que se tratan son los síntomas, y que desde una consulta el profesional poco puede hacer para manejar la crisis como tal. Sin embargo lo que sí se puede hacer es ayudar a un paciente a presentar una mejoría interna global e integrada, que haga a la persona más fuerte y más apta para enfrentarse de mejor manera a la crisis que ha ocasionado el cuadro.
Existen muchos tratamientos disponibles para las personas que padezcan estas patologías, desde fármacos, pasando por psicoterapia y hasta tratamientos alternativos. Una persona que presente esta sintomatología, sin importar la gravedad ni el desencadenante del mismo, debe ser valorado por un profesional, antes de que la patología evolucione y ponga en riesgo su futuro o el de su familia, o incluso la vida del propio individuo.