¿Puede tu smartphone hacerte enfermar? Explorando las tecnopatologías
En los últimos años, las tecnologías han experimentado un progreso importante y rápido, especialmente en lo que se refiere a internet y las redes sociales, convirtiéndose en una herramienta esencial para la comunicación cotidiana. Su uso nos ayuda a comunicarnos mejor, socializar y obtener información fácilmente. Sin embargo, su uso excesivo puede acarrear efectos negativos, tales como menor interacción humana, aislamiento social y problemas de salud. El término “tecnopatología” se refiere a los efectos negativos de la dependencia de los dispositivos electrónicos e internet.
Podemos dividir las tecnopatologías en físicas y psicológicas.
Físicas: pueden darse obesidad y sedentarismo, lesiones musculoesqueléticas (whatsappitis o tendinitis del pulgar; síndrome de dolor cervical o “text neck”), síndrome visual de las pantallas (ojo seco, vista cansada…).
Psicológicas:El tecnoestrés se produce cuando no se logra una adaptación saludable a la invasión de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana (exceso de mensajes, emails…).
La nomofobia se ha vuelto muy común en los últimos tiempos. Se trata de un miedo irracional a no tener el móvil a mano o no poder conectarse a internet (falta de cobertura o lugares sin acceso). Similar a ella encontramos el síndrome de FOMO (Fear Of Missing Out) se refiere al miedo de perderse algo importante o emocionante que otros están disfrutando, y se ve reforzado por el uso de redes sociales, donde se comparten constantemente experiencias y vivencias. Por otro lado, FOJI (Fear Of Joining In) es el miedo a unirse a un grupo o red social por el temor a no saber qué publicar o a no obtener la validación buscada.
El phubbing es un comportamiento muy habitual en la actualidad y consiste en prestar más atención al móvil o a la tablet que a las personas que nos rodean. Esto genera un aislamiento social que puede afectar negativamente a las relaciones interpersonales.
La vibranxiety o síndrome de la vibración fantasma es una sensación táctil que algunas personas experimentan de forma recurrente, como si el teléfono estuviera vibrando, aunque no lo esté haciendo, habitualmente por la espera de una llamada o mensaje importantes. En relación con esta anticipación, la apnea del WhatsApp es la necesidad compulsiva de revisar constantemente la aplicación en busca de nuevos mensajes.
El efecto Google es la tendencia a olvidar información, ya que confiamos en la búsqueda de información en internet en lugar de retenerla por medios propios. Este efecto puede generar problemas de memoria a largo plazo.
El vamping es un fenómeno cada vez más habitual, especialmente en la población adolescente, que consiste en utilizar dispositivos electrónicos durante la noche, lo que reduce las horas de sueño y aumenta el riesgo de insomnio.
La selfitis es un deseo obsesivo-compulsivo de tomarse fotos y publicarlas en redes sociales, mientras que la selfifobia es el miedo a hacerse un selfie, debido a la preocupación de no salir bien en la foto.
Finalmente, la adicción a las nuevas tecnologías es un diagnóstico cada vez más común que puede afectar seriamente a la calidad de vida de las personas. Las principales formas de adicción son: a las apuestas online, a los videojuegos y a internet (“ciberadicción”).
Todas estas patologías, muchas de ellas desconocidas, ocurren cada vez con mayor frecuencia y su tratamiento va a depender, entre otras, de la causa que las produzcan. Se debe, por esta razón, consultar con un profesional si se cree que se sufre alguna de estas tecnopatologías, para poder brindar un tratamiento y control adecuados.
Laura Pérez Martín
Médico Residente Medicina Familiar y Comunitaria.
Vocal de Médicos Jóvenes y Promoción de empleo del ICOMGU.
Miembro del Grupo de Trabajo de Innovación Digital en Salud de SEMERGEN.