Rinitis alérgica
Dr. José María Brihuega Rodríguez.
Médico de Familia y
Secretario General del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara
La rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria de la mucosa nasal que está causada por la exposición a algún alérgeno, que es una sustancia que en contacto con el organismo es capaz de desencadenar manifestaciones de alergia. Se considera la enfermedad alérgica de mayor prevalencia (proporción de individuos que la presentan con respecto al total de la población) y se asocia con frecuencia a otras manifestaciones alérgicas. Al acompañarse en muchas ocasiones de síntomas oculares, es habitual emplear los términos ‘rinitis’ o ‘rinoconjuntivitis’.
En los últimos años ha aumentado la prevalencia de la rinitis alérgica, sobre todo en los países occidentales. Se estima que entre el 10% y el 25% de la población general presenta rinitis alérgica. La prevalencia de la rinitis alérgica en adultos en población general en Europa Occidental está alrededor del 25%, y en España es del 21,5%. De hecho, es el principal motivo de consulta en la práctica diaria de Alergología, prácticamente la mitad de las consultas son por este motivo.
Las medidas y normas de evitación son fundamentales, pero no siempre son posibles. Para la elección del tratamiento se debe clasificar en diferentes fases; es decir, si el paciente presenta una afectación leve, moderada o grave y si son síntomas intermitentes o persistentes.
Los principales síntomas son estornudos, picor de nariz, picor de ojos, lagrimeo, mucosidad y obstrucción nasal, también picor de garganta, de paladar y a veces tos.
Para su tratamiento, los antihistamínicos H1 orales mejoran los síntomas de la rinitis, la rinorrea, los estornudos, el picor nasal y los síntomas oculares, aunque son menos efectivos en la obstrucción nasal.
Los antihistamínicos H1 tópicos también se han mostrado eficaces en la rinitis y conjuntivitis alérgica.
Los glucocorticoides intranasales son fármacos antinflamatorios eficaces en el tratamiento de la rinitis alérgica y no alérgica. Consiguen una elevada concentración del fármaco en la mucosa nasal, con un mínimo riesgo de efectos adversos sistémicos. Son el tratamiento de elección en la rinitis alérgica moderada-grave. Son superiores en eficacia a los antihistamínicos y a los antileucotrienos. La combinación de un glucocorticoide y un antihistamínico, administrada por vía intranasal ha demostrado una eficacia superior a la administración por separado de cada fármaco, siendo considerada actualmente una de las indicaciones de primera línea en la rinitis alérgica moderada- grave.
Los glucocorticoides orales, en pautas de corta duración se pueden utilizar en casos de rinitis graves que no respondan a otros tratamientos.
Los descongestionantes intranasales se pueden utilizar durante un periodo corto de tiempo en pacientes con obstrucción nasal importante.
La eficacia de los antagonistas de los receptores de los leucotrienos es menor que la de los glucocorticoides intranasales o los antihistamínicos orales, por lo que constituyen una segunda línea de tratamiento. Son además eficaces en el tratamiento del asma, por lo que están indicados en pacientes en los que coexisten ambas. La irrigación nasal salina mejora los síntomas de la rinitis alérgica.
El uso diario de solución salina hipertónica es capaz de disminuir significativamente el número de episodios de rinitis alérgica aguda.
La inmunoterapia con alérgenos es eficaz y costo-efectiva en el tratamiento de la rinitis alérgica causada por pólenes y ácaros, tanto en su forma de administración subcutánea, como con la oral.
No debe ser considerada una enfermedad trivial, pues sus síntomas pueden afectar la calidad de vida de forma muy importante. La elevada prevalencia de la rinoconjuntivitis supone un importante impacto económico tanto en medicamentos como en bajas laborales. Este hecho, junto con la alta asociación a otras enfermedades alérgicas, hace que la rinitis alérgica esté adquiriendo cada vez más relevancia en el plano sociosanitario. En niños con síntomas no controlados, ocasionan alteraciones del sueño y problemas de aprendizaje escolar.
Puede coexistir o complicarse con otras enfermedades respiratorias como sinusitis, asma u otitis media. Se estima que los síntomas nasales están presentes en un porcentaje muy elevado de pacientes con asma. Es frecuente que el eccema atópico preceda a la rinitis alérgica. Los pacientes con rinitis de larga evolución son personas que se sienten poco entendidas. Se trata de una patología poco conocida en la sociedad y muchas veces confundida con otras enfermedades o “catarros mal curados”. Cuando la poliposis nasal evoluciona, los pacientes notan presión facial insoportable, perdida de olfato, no pueden respirar adecuadamente. También presentan secreciones constantes con necesidad continua de utilizar pañuelos. Al no respirar adecuadamente, no descansan bien, notan falta de concentración y les cuesta encontrar especialistas y tratamientos adecuados.