Especial COVID-19: Una visión desencantada de la pandemia sin moralejas ni paños calientes
Urgencias
José Ignacio Alonso González
COL nº191903581
El Dr. Ignacio Alonso González lleva 18 años ejerciendo como médico adjunto de Urgencias en el Hospital de Guadalajara y afirma que sintió pánico cuando fue consciente de la que se nos venía encima. Al principio, sin embargo, era de los que pensaba que el coronavirus iba a ser como una gripe estacional y que no había por qué preocuparse: Sinceramente, creo que las primeras noticias que empezaron a llegar de China, un país tan lejano, tan cerrado… y tan raro, que pensé que se trataba de algo que nos querían hacer creer, con alguna intencionalidad, no sé cuál, pero que lo que nos contaban no era así en realidad. Además, teniendo en cuenta el tipo de virus que era, no estaba especialmente preocupado. Habíamos tenido epidemias previas por otros coronavirus parecidos y no dejaba de ser una especie de gripe, un poco más seria, pero no pasaba de ahí.
Sinceramente, la primera vez que me asusté fue cuando traté al primer paciente que creía que podía tener Covid-19. Era una paciente que venía de Milán y ya estaba en el box, precariamente preparado para el reconocimiento y me asusté porque cuando pedí bata impermeable y mascarillas me dijeron que no había en todo el hospital. Estamos hablando de la primera semana de marzo, en la que verdaderamente pensé: “como venga en serio, nos va a arrasar”. Hablé con mi jefa de servicio y le dije que no estábamos preparados, y efectivamente así fue: a partir de ese momento empezó a crecer el número de pacientes de manera exponencial y no contábamos con batas impermeables ni escafandra, ni nada.
Era la sensación de atender a la gente sin saber si lo íbamos a coger o no. A partir del 8-9 de marzo comenzó a venir gente muy grave y me asusté muchísimo. Tuve la sensación de que iba a ser una masacre y que íbamos a caer como moscas. Era algo que yo no había visto en mis 18 años de ejercicio: llegamos a tener cinco pacientes a la vez en urgencias que necesitaban intubación y literalmente, no sabíamos ni donde ponerlos. Ha sido horroroso. Ahí me entró el miedo, casi pánico,… y todos estábamos igual, nos mirábamos los compañeros sin tener muy claro qué hacer y la situación era demoledora.
¿Cuál era el protocolo cuando llegaba una persona con coronavirus a la urgencia?
Desde el primer momento se trabajó en protocolos de ubicación de los pacientes. Como venían tantos, teníamos que habilitar espacios. Se empezaron a traer camillas y se pusieron en los pasillos, en los quirófanos y se estableció un protocolo para fijar las medidas de protección para atender a esos pacientes, otra cosa es que tuviéramos medios para ponerlas en práctica, que no llegaron hasta dos semanas después de empezar la pandemia gorda. Hasta entonces nos poníamos lo que pillábamos.
¿Cuál era el ambiente en el equipo?
Entre los compañeros se veía la incertidumbre. Hay gente más echada para delante que intentaba quitarle hierro al asunto. Yo he pasado miedo en urgencias pensando en mi familia, en mis hijos y en mi mujer y sobre todo en la incertidumbre, ya que había muchos abuelitos con pluripatologías, pero también gente con 35-40 que llegaba muy malita e iban directamente a la UVI. Entonces fue cuando me empecé a asustar… pero te lo tragabas. Lo peor era el miedo a contagiarte y sobre todo poner en peligro a tu familia. Cuando llegaba a casa me quitaba toda la ropa en el garaje, donde me duchaba antes de entrar en casa.
¿Crees que la gente se ha relajado demasiado?
Yo soy muy radical y cada vez más cascarrabias, pero no entiendo la actitud de la gente. Hemos estado encerrados tres meses y ahora parece una carrera para salir a la calle y volver a la vida que teníamos antes. Si la gente no se lo toma en serio vamos a volver atrás. A todas esas personas que ya en la fase 1 estaban amontonadas en los parques, los llevaría a la UVI a ver gente joven muriendo, cambiándoles de postura para que pudieran respirar mejor…
Haciendo una retrospectiva de estos tres meses: ¿has recibido el apoyo de la sociedad?
No, es más, una paciente intentó agredirme y agredió a la enfermera. Llevaba 20 horas enfundado en el traje impermeable y la paciente se quejaba porque habíamos tardado 5 minutos en ponerle una medicación para el dolor. Tardamos, precisamente, porque estábamos intubando a un paciente con coronavirus y a ella pareció no importarle nuestra explicación. Lo de los aplausos queda muy bien en la televisión, pero la sociedad española está acostumbrada a que todo es gratis y exigen un servicio que dan por sentado. Ya no creo en la gente ni en la sociedad.
¿Crees que los pacientes han aprendido a distinguir lo que es una urgencia de lo que no lo es?
No, para nada. No han aprendido nada, estamos igual que antes del coronavirus. Aunque yo se lo explico a los pacientes, la gente ha perdido la vergüenza y la educación y van a su comodidad: van a urgencias porque les viene mejor ir a urgencias que seguir el protocolo establecido. La gente no tiene idea de lo que cuesta la atención médica y piensan que al pagar impuestos es una tarifa plana, por lo que nos tratan como si fuéramos basura. No entiendo que la gente se manifieste por cosas como los toros y que no se salga para reivindicar una atención pública decente. A lo largo del ejercicio, me han intentado agredir muchas veces y a veces tengo la sensación de que no voy a poder aguantar hasta la jubilación. Cada día estoy peor y siento el maltrato de la sociedad, de los políticos, de la gerencia…
¿Sacarías alguna conclusión positiva de la pandemia?
Tenemos la mejor sanidad del mundo, no en cuanto a medios pero sí en cuanto a disponibilidad, a estar ahí en cualquier momento. No solo los médicos sino sobre todo las enfermeras y las auxiliares, los celadores… personas que han estado ahí, más allá de sus horarios, dándolo todo. Si estuviera en nuestras manos, seguro que iríamos a mejor, pero no confío en las decisiones de quienes están al mando. Creo que la sanidad española no tiene solución y que la gente que quiere cambiar las cosas está capada, algo que se ha visto más durante el coronavirus.