La Tos, ese síntoma incómodo
Autor: Margarita Parrilla Rubio, médico de Familia y vocal de la sección de Médicos de Atención Primaria Urbana
La mayoría de las consultas en Atención Primaria en los meses invernales están motivadas por tos.
La tos es un mecanismo de defensa de la vía aérea que sirve para mantener limpio el árbol bronquial y el pulmón de las partículas extrañas del aire. Simplificando, podríamos decir que la tos es un síntoma molesto pero beneficioso.
Cuando la tos dura menos de tres semanas, hablamos de tos aguda, mientras que nos referimos a tos subaguda cuando dura entre 3 y 8 semanas. Una vez pasan las ocho semanas podemos hablar de una tos crónica. Aproximadamente el 7% de la población presenta tos crónica que interfiere con las actividades de la vida diaria.
La tos es más frecuente en mujeres debido a que tienen una sensibilidad aumentada al reflejo tusígeno y además consultan más por ella al médico. Además, la incidencia es mayor en niños, que multiplican por cuatro la demanda de los adultos.
También podemos clasificar la tos según su tipo: por un lado tenemos la tos seca irritativa no productiva y la tos productiva, que es la que sirve para expulsar mucosidad.
La Tos se asocia al asma, el tabaco, el reflujo gastroesofágico, la vejiga hiperactiva y la obesidad. Presenta mayor incidencia durante la estación invernal ya que habitualmente aparece asociada a infecciones virales y a la epidemia de Gripe.
En el caso concreto de la tos aguda, suele estar asociada a infecciones respiratorias agudas. En pacientes sanos, suele ser autolimitada y no es un síntoma grave, por lo que no necesita estudio posterior. Sin embargo, el médico debe estudiarla en los casos en que vaya acompañada de otros síntomas como sangrado, atragantamiento o enfermedad sistémica grave.
La tos subaguda se suele deber a hiperreactividad bronquial, y en infecciones específicas epídemicas (tosferina, etc). Cuando la causa no es infecciosa, se puede deber reflujo gastroesofágico, asma bronquial, aspiración etc..
La tos crónica obliga al médico a hacer un estudio para excluir una enfermedad sistémica. La causa más común es el hábito tabáquico, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y efectos secundarios de algunos fármacos.
El diagnóstico de la tos crónica requiere un estudio por parte del médico con la ayuda de pruebas diagnósticas especificas. Por ello, si además de la tos advierte sangrado, ronquera, pérdida de peso o vómitos debe consultar a su médico.
Existen tratamientos específicos para tratar la tos, en función de la causa desencadenante, así como tratamientos sintomáticos que no requieren más que el consejo del farmacéutico.
Para prevenir la tos son especialmente importantes las medidas higienico-dietéticas como beber agua en abundancia, si es posible casi 2 litros al día, comer muchas frutas y verduras por su alto contenido en vitaminas sobre todo C y B, abandonar el tabaco evitar ambientes con humo, intentar no consumir bebidas muy frías ni muy calientes por su efecto irritativo , mantener la vía aérea lo más limpia posible con lavados nasales y gargarismos en garganta con agua salada , bicarbonato o zumo de limón.
En la farmacia podemos encontrar para la tos aguda ya sea seca o productiva, fitoterapia a base de propolis , malvaviso, hiedra, miel, camomila, tomillo, eucalipto todas ellas sustancias calmantes y/o expectorantes.
Además, existen tratamientos farmacológicos específicos, según sea la tos seca, como cloperastina o destrometorfano, que actúan disminuyendo el reflejo de la tos y reduciendo la inflamación aguda que ésta produce. Para la tos productiva usaremos compuestos expectorantes y mucolíticos, que actuaran siempre con la ingesta abundante de agua.
En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta que aunque es un síntoma molesto, la total supresión del reflejo de la tos no es conveniente para solucionar la causa que subyace detrás de ella.